miércoles, 3 de diciembre de 2014

Niños/as




  • Derechos del niño

Los derechos del niño son un conjunto de normas de derecho internacional que protegen a las personas hasta determinada edad. Todos y cada uno de los derechos de la infancia son inalienables e irrenunciables, por lo que ninguna persona puede vulnerarlos o desconocerlos bajo ninguna circunstancia. Varios documentos consagran los derechos de la infancia en el ámbito internacional, entre ellos la:

  • Declaración de los Derechos del niño

La Declaración de los Derechos del Niño es un tratado internacional aprobado el 20 de noviembre de 1959 de manera unánime por todos los 78 Estados miembros que componían entonces la Organización de Naciones Unidas.
Ésta está basada a su vez en la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño, de 1924, y recoge 10 principios. Tras esta declaración, en 1989 se firmó la Convención sobre los Derechos del Niño, con 54 artículos. A parte de la extensión, las principales diferencias entre ambas es que el cumplimiento de una convención es obligatorio y, por otra parte, la de 1989 cambia el enfoque considerando a las niñas y niños como sujetos de protección y no sólo como objetos de la misma.
Esta declaración reconoce al niño y la niña como "ser humano capaz de desarrollarse física, mental, social, moral y espiritualmente con libertad y dignidad".
Sus 10 artículos hacen referencia a los siguientes derechos:
El derecho a la igualdad, sin distinción de raza, religión, idioma, nacionalidad, sexo, opinión política...
El derecho a tener una protección especial para el desarrollo físico, mental y social.
El derecho a un nombre y a una nacionalidad desde su nacimiento.
El derecho a una alimentación, vivienda y atención médica adecuada.
El derecho a una educación y a un tratamiento especial para aquellos niños que sufren alguna discapacidad mental o física.
El derecho a la comprensión y al amor de los padres y de la sociedad.
El derecho a actividades recreativas y a una educación gratuita.
El derecho a estar entre los primeros en recibir ayuda en cualquier circunstancia.
El derecho a la protección contra cualquier forma de abandono, crueldad y explotación.
El derecho a ser criado con un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos y hermandad universal.


  • Convencion sobre los Derechos del Niño

La Convención Internacional sobre los Derechos del Niño (CIDN) es el tratado internacionalde las Naciones Unidas a través del cual se enfatiza que los niños tienen los mismos derechos que los adultos, y se subrayan aquellos derechos que se desprenden de su especial condición de seres humanos que, por no haber alcanzado el pleno desarrollo físico y mental, requieren de protección especial.
Es el primer tratado vinculante a nivel internacional que reúne en un único texto sus derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales. El texto de la CIDN al que suscriben losEstados está compuesto por un conjunto de normas para la protección de la infancia y losderechos del niño. Esto quiere decir que los Estados que se adhieren a la convención se comprometen a cumplirla. En virtud de ello se comprometen a adecuar su marco normativo a los principios de la CIDN y a destinar todos los esfuerzos que sean necesarios para lograr que cada niño goce plenamente de sus derechos. La convención está compuesta por 54 artículos que consagran el derecho a la protección de la sociedad y el gobierno, el derecho de las personas menores de 18 años a desarrollarse en medios seguros y a participar activamente en la sociedad.
Importancia de la Convención
Por primera vez, en comparación con tratados anteriores, la convención reconoce a los niños y niñas como sujetos de derecho, pero convierte a las personas adultas en sujetos de responsabilidades.
Por otra parte, también es significativo que se trate de una convención en lugar de una declaración. Esto significa que los Estados participantes adquieren la obligación de garantizar su cumplimiento.1 La Declaración Universal de los Derechos Humanos, como declaración, es una serie de principios y normas que los Estados crean y se comprometen a cumplir internamente en sus naciones, pero quienes la firman no adquieren la obligación de cumplir su articulado.
Además, es el tratado internacional que reúne al mayor número de Estados que han ratificado un tratado: actualmente, ha sido ratificado por 191 Estados de 193 Estados reconocidos en la Asamblea General de las Naciones Unidas (todos los Estados con la excepción de los Estados Unidos de América y Somalia).
Historia de la Convención
Fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989. Su origen fue la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño de 1924, redactada porEglantyne Jebb, una fundadora de la organización internacional Save the Children. La propuesta de Jebb fue aprobada por la Sociedad de Naciones el 26 de diciembre de 1924.
La Organización de las Naciones Unidas aprobó en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos que, implícitamente, incluía los derechos de la infancia. Sin embargo, posteriormente se llegó al convencimiento de que las particulares necesidades de los niños y niñas debían estar especialmente enunciadas y protegidas. Más tarde, en 1959, se aprobaría laDeclaración de los Derechos del Niño, que cuenta con 10 artículos.
Estos tratados son los principales antecesores de la convención:
1º-  1924 La Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño es el primer texto histórico que reconoce la existencia de derechos específicos para las niñas y niños, además de la responsabilidad de las personas adultas sobre su bienestar. Sin embargo, este texto no tenía fuerza vinculante para los Estados.
Fue adoptada por la Sociedad de Naciones, predecesora de la Organización de Naciones Unidas, en 1924. En 1959, Naciones Unidasaprobó la Declaración de los Derechos del Niño y más tarde llegaría la Convención sobre los Derechos del Niño, que data de 1989.
Historia de la declaración
La iniciativa partió de Eglantyne Jebb, conocida también como fundadora de la organización Save the Children. Jebb, tras la I Guerra Mundial, advirtió la necesidad de proteger especialmente a niñas y niños. Fundada con su hermana, Dorothy Buxton, esta organización tenía la misión de ayudar a niñas y niños afectados por la guerra.
El 23 de febrero de 1923, la Alianza Internacional Save the Children, durante su IV Congreso General, emitió la primera Declaración de los Derechos del Niño, que luego fue ratificada por el V Congreso General el 28 de febrero de 1924. Eglantyne Jebb envió este texto a la Sociedad de Naciones indicando que estaba "convencida de que se deben exigir ciertos derechos para la infancia y trabajar en pro de un reconocimiento general de estos derechos".
Posiblemente, el aporte conceptual de Eglantyne Jebb fue que, por primera vez, la noción de derecho hace que se supere la idea debeneficencia. Sin embargo, la Declaración de Ginebra, tan solo contiene derechos sociales, pero no derechos civiles.
Contenido
La declaración contiene 5 únicos artículos:
El niño debe ser puesto en condiciones de desarrollarse normalmente desde el punto de vista material y espiritual.
El niño hambriento debe ser alimentado; el niño enfermo debe ser atendido; el niño deficiente debe ser ayudado; el niño desadaptado debe ser reeducado; el huérfano y abandonado deben ser recogidos y ayudados.
El niño debe ser el primero en recibir socorro en caso de calamidad.
El niño debe ser puesto en condiciones de ganarse la vida y debe ser protegido de cualquier explotación.
El niño debe ser educado inculcándole el sentimiento del deber que tiene de poner sus mejores cualidades al servicio del prójimo.

  •  1948 : Declaración Universal de los Derechos Humanos
  • 1959 Declaración de los Derechos del Niño

La Declaración de los Derechos del Niño es un tratado internacional aprobado el 20 de noviembre de 1959 de manera unánime por todos los 78 Estados miembros que componían entonces la Organización de Naciones Unidas.
Ésta está basada a su vez en la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño, de 1924, y recoge 10 principios. Tras esta declaración, en 1989 se firmó la Convención sobre los Derechos del Niño, con 54 artículos. A parte de la extensión, las principales diferencias entre ambas es que el cumplimiento de una convención es obligatorio y, por otra parte, la de 1989 cambia el enfoque considerando a las niñas y niños como sujetos de protección y no sólo como objetos de la misma.2
Esta declaración reconoce al niño y la niña como "ser humano capaz de desarrollarse física, mental, social, moral y espiritualmente con libertad y dignidad".
Sus 10 artículos hacen referencia a los siguientes derechos:
El derecho a la igualdad, sin distinción de raza, religión, idioma, nacionalidad, sexo, opinión política...
El derecho a tener una protección especial para el desarrollo físico, mental y social.
El derecho a un nombre y a una nacionalidad desde su nacimiento.
El derecho a una alimentación, vivienda y atención médica adecuada.
El derecho a una educación y a un tratamiento especial para aquellos niños que sufren alguna discapacidad mental o física.
El derecho a la comprensión y al amor de los padres y de la sociedad.
El derecho a actividades recreativas y a una educación gratuita.
El derecho a estar entre los primeros en recibir ayuda en cualquier circunstancia.
El derecho a la protección contra cualquier forma de abandono, crueldad y explotación.
El derecho a ser criado con un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos y hermandad universal.
  •  1989 Convencion sobre los Derechos del Niño

Historia
En Estados Unidos de América, los movimientos por los derechos del niño surgieron durante elsiglo XIX con el Orphan Train (un experimento social que buscaba fomentar el transporte de niños de las grandes ciudades del Este, como Nueva York y Boston, hacia el Oeste, para crear casas por todo el país). En las grandes ciudades, cuando los padres de niños morían o eran extremadamente pobres, el niño se veía obligado a trabajar para mantenerse o mantener a su familia. Los niños se convertían en trabajadores en fábricas y minas de carbón, las niñas se convertían en prostitutas o chicas de salón o terminaban en talleres de trabajo esclavo. Todos estos trabajos solo pagaban los gastos de alimentación.
La idea de crear los derechos del niño circuló en algunos medios intelectuales durante el siglo XIX. Un ejemplo de ello fue la referencia que hizo el escritor francés Jules Vallés en su obra El niño (1879), y más claramente la reflexión sobre los derechos del niño que realizó Kate D. Wiggin en "Children's Rights"(1892).
En este ambiente receptivo, en las dos primeras décadas del siglo XX circularon varias declaraciones de los derechos del niño, a veces en forma literaria o bien como resoluciones de organizaciones científicas y pedagógicas.
La primera declaración de derechos del niño, de carácter sistemática, fue la Declaración de Ginebra del 26 de diciembre de 1924, redactada por Eglantyne Jebb fundadora de Save the Children.
Las Naciones Unidas aprobaron en 1948 la Declaración Universal de los Derechos Humanos que, implícitamente, incluía los derechos del niño, sin embargo, posteriormente se llegó al convencimiento que las necesidades particulares de los niños y niñas debían estar especialmente enunciados. Antes había decidido que el Fondo Internacional de Emergencia de las Naciones Unidas para los niños(UNICEF) continuara sus labores como organismo especializado y permanente para la protección de la infancia (denominándolo oficialmente Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).
El 20 de noviembre de 1959 las Naciones Unidas aprobó la Declaración de los Derechos del Niño. Se llevó a cabo por iniciativa de la UNICEF
A partir de 1975, con ocasión del Año Internacional del Niño, se comenzó a discutir una nueva declaración de derechos del niño, fundada en nuevos principios. A consecuencias de este debate, en 1989 se firmó en la ONU la Convención sobre los Derechos del Niño y dos protocolos facultativos que la desarrollan, actualizados en 2000:
Proporcionar a la infancia protección jurídica contra las peores formas de explotación.
Utilizar los protocolos facultativos para aumentar los instrumentos de derechos humanos.
Derechos de los niños

A partir de la promulgación de la Convención de 1989 se ha ido adecuando la legislación interna a los principios contemplados en la Declaración. Aunque la legislación y el sistema jurídico de cada país suele ser diferente, 193 países2 han ido consagrando medidas especiales para su protección, a nivel legislativo e incluso derechos constitucionales. Entre los Derechos del niño destacan los cuatro principios fundamentales:
La no discriminación: todos los niños tienen los mismos derechos.
El interés superior del niño: cualquier decisión, ley, o política que pueda afectar a la infancia tiene que tener en cuenta qué es lo mejor para el niño.
El derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo: todos los niños y niñas tienen derecho a vivir y a tener un desarrollo adecuado.
La participación: los menores de edad tienen derecho a ser consultados sobre las situaciones que les afecten y a que sus opiniones sean tenidas en cuenta.

La Convención sobre los derechos del niño recoge 54 artículos.
Convención sobre los derechos del niño
Las Naciones Unidas en la Convención sobre los Derechos del Niño ha indicado los estándares precedentes a los derechos del niño y estos han sido ratificados por todos los países menos los Estados Unidos y Somalía. La inestabilidad de Somalía a firmar la Convención es un atributo de su falta de estructura gubernamental. La administración de EEUU bajo el gobierno de George W. Bush se opuso a ratificar la Convención y las condiciones legales porque "crean conflicto con las políticas de Estados Unidos en el rol de los padres, soberanía, estado y leyes locales". Sin embargo, la nueva administración busca revertir esta oposición a la ratificación. Y también elProtocolo opcional en la participación de niños en conflictos armados en contra del uso militar de niños y el protocolo opcional en la venta de niños, prostitución y pornografía infantil en contra de tráfico de niñosprostitución infantil y pornografía infantil.
Protocolos facultativos
En mayo del 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó dos Protocolos facultativos:
El Protocolo facultativo a la Convención concerniente a la implicación de los niños en los conflictos armados, que entró en vigor el 12 de febrero de 2002. Hasta el 30 de junio de 2006, ha sido ratificado por 107 Estados y firmado por 122.
El Protocolo facultativo a la Convención concerniente a la venta de niños, la prostitución y a la pornografía poniendo en escena a niños, entró en vigor el 18 de enero de 2002. Hasta el 30 de junio de 2006, fue ratificado por 107 Estados y firmado por 115.
  • Explotación Infantil
La explotación infantil es la utilización, para fines económicos o de otra índole, de menores de edad por parte de adultos, afectando con ello el desarrollo personal y emocional de los menores y el disfrute de sus derechos. Algunos autores utilizan este término como sinónimo de trabajo infantil, aunque otros emplean este último de un modo más amplio, sin una necesaria carga negativa 


Erradicación del trabajo infantil
La erradicación del trabajo infantil tiene para la OIT (Organización Internacional del Trabajo) una prioridad urgente y muy importante ya que durante siglos el trabajo infantil fue aceptado y era legal mientras que actualmente, ésta y otras prioridades forman parte de la Declaración de los Derechos del Niño.
En 1992, la OIT creó el Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantilpara combatir el trabajo de los niños y niñas y en 2014 el fundador del Centro Internacional sobre trabajo infantil y educaciónKailash Satyarthi fue galardonado con el Premio Nóbel de la Paz por su lucha contra la explotación infantil en la India.
Si bien el gráfico indica un menor número en América Latina, lo cierto es que las condiciones de trabajo en muchos casos son de peligro, debiéndose reglamentar los trabajos peligrosos para evitar el trabajo de niños, niñas y adolescentes. A la fecha en el Perú existe la propuesta de erradicación del trabajo infantil desde el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo, ninguna otra cubre esta problemática. Entre 1992 al 2012 existió la propuesta Educadores de Calle de atención en calle, desactivada y reemplazada.
  • Maltrato Infantil
Se denomina maltrato infantil o abuso infantil a cualquier acción (física, sexual o emocional) u omisión no accidental en el trato hacia un menor, por parte de sus padres o cuidadores, que le ocasiona daño físico o psicológico y que amenaza su desarrollo tanto físico como psicológico.
Se distinguen seis tipos básicos de maltrato infantil:
el abuso físico,
el abuso sexual,
el maltrato emocional,
el abandono físico,
el abandono emocional,
maltrato institucional.
Concepto
La definición de maltrato implica una valoración social en relación a lo que es peligroso o inadecuado para el niño. Y aquí reside precisamente la gran dificultad para definirlo, ya que hay una falta de consenso social respecto a lo que constituyen formas de crianza peligrosas e inaceptables. Resulta difícil establecer la raya de separación entre lo que es un maltrato y lo que no lo es (...)
La definición de «maltrato» debe, además, tomar en cuenta, al menos, tres criterios: en primer lugar, la consideración de una acción u omisión como «maltrato» depende, en muchos casos, de la edad del niño; en segundo lugar, la situación psico-fisiológica del menor puede condicionar las consecuencias de la acción u omisión ejercidas sobre él, lo que puede conllevar una relativización de su consideración como maltrato; y, en tercer lugar, hay que tener también en cuenta que no necesariamente todos los actos de maltrato tienen por qué dejar secuelas inmediatas y visibles en el menor; esto es especialmente relevante por cuanto las consecuencias importantes de los casos de maltrato infantil no suelen ser las físicas, sino las que afectan al desarrollo del menor a medio y largo plazo.
El abuso infantil ha sido un conflicto que ha persistido desde los pueblos y civilizaciones de la antigüedad donde utilizaban a los niños para realizar sacrificios y rituales. Sin embargo, según este texto, no hace tanto tiempo que la sociedad obtuvo control sobre el abuso en los menores de edad. En los Estados Unidos se creó una organización la cual, se dedicó ayudar a niños desamparados y la misma fue conocida como “Child Welfare Movement”(Movimiento Bienestar de la Infancia). Además surgieron otras organizaciones contra el maltrato infantil tal como la Sociedad Neoyorquina para la Reforma de los Delincuentes Juveniles en 1825, cuyo propósitos fue ayudar a niños maltratados y abandonados por sus padres o familiares. Años más tarde se fundó en el estado de Nueva York la “Society for Prevention of Cruelty of Children” la cual, surgió como fuente de inspiración para desarrollar otras organizaciones contra el abuso infantil en los Estados Unidos y Europa. Aunque, según el texto, en 1874 fue la primera vez que se ganó un caso referido al abuso o maltrato de infantil cuando una menor de nueve años nativa del estado de Nueva York fue sometida a abuso físico. Una trabajadora de caridad ayudó a la criatura y la misma se acudió a la Sociedad Americana para la Prevención de crueldad de los animales donde la trabajadora, encargada del caso de la menor expresó lo siguiente: “la menor merecía tanta protección como a un perro común” y con estos testimonios pudieron ganar el caso.
Con todo, se considera que, en general, los criterios para calibrar una determinada situación como «maltrato» deben fundamentarse en las consecuencias en el menor, tanto en los daños producidos como en las necesidades no atendidas de este. Este se define como los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años,e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico,abuso sexual,desatención,negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño.

Factores que promueven el maltrato

David Solá  identifica como factores que promueven al maltrato:
Modelo autoritario en el que se entiende al respeto en una sola dirección
Tratamiento de los hijos como propiedad privada
Notable verticalidad y rigidez en la estructura familiar
Uso de castigos físicos como método educativo
Ausencia de recursos alternativos para promover conductas positivas
Carente autocontrol en los padres en respuesta a los conflictos
El maltrato o abuso físico
Se define como «cualquier acción no accidental por parte de los padres o cuidadores que provoque daño físico o enfermedad en el niño o le coloque en grave riesgo de padecerlo».
Los indicadores típicos del abuso físico en un menor son las magulladuras o moretones en diferentes fases de cicatrización y de forma extendida en diferentes partes del cuerpo; las quemaduras con formas definidas; las fracturas de nariz o mandíbula, o en espiral de los huesos largos; las torceduras o dislocaciones; las heridas o raspaduras en la cara y la parte posterior de las extremidades y torso; señales de mordeduras humanas; cortes o pinchazos; lesiones internas (en el cráneo o cerebro, síntomas de asfixia...).
El abuso de menores consisten en varios elementos y se enfatizan en dos ideas principales las cuales son: la asimetría de edad y el abuso de poder. La asimetría en edad se refiere en la diferencia de edad que hay entre el agresor y la víctima mientras que el abuso de poder es un factor necesario para el abuso infantil; ya que el mismo implica miedo y obtiene un rol dominante en el ámbito social. El abuso al poder se obtiene por medio de las experiencias y la madurez del agresor. Por esta razón la asimetría de edad se convierte en un factor en el maltrato infantil ; ya que por medio de la edad se pueden descifrar los niveles de experiencia, madurez y sobre todo de malicia del agresor.Maria, J. & Sumalla, T. (2002). La protección penal del menor frente al abuso y explotación sexual: análisis de las reformas penales en materia de abusos sexuales, prostitución y pornografía de menores: Editorial Aranzadi (Ed).(Pag 17-31). Navarra.</ref>
El abandono o negligencia física y cognitiva
La negligencia se identifica como la falta de proveer las necesidades básicas de un niño por parte de sus padres o personas encargadas.
Se define como aquella situación donde las necesidades físicas (alimentación, vestido, higiene, protección y vigilancia en las situaciones potencialmente peligrosas, educación y/o cuidados médicos) y cognitivas básicas del menor no son atendidas temporal o permanentemente por ningún miembro del grupo que convive con el niño.
La negligencia puede ser:
Física (ej., falta de proporcionar comida o resguardo necesario, o ausencia de supervisión adecuada);
Médica (ej., falta de proporcionar tratamiento médico o para la salud mental);
Educativa (ej., falta de atención a las necesidades emocionales de un niño, falta de proporcionar cuidado psicológico o permitiendo que el niño use alcohol o drogas).
Estas situaciones no siempre quieren decir que un niño es descuidado. Algunas veces los valores culturales, los estándares de cuidado en la comunidad, y la pobreza pueden ser factores que contribuyen, indicando que la familia necesita información o asistencia. Cuando una familia falla en el uso de información y recursos, y la salud o seguridad del niño está en riesgo,desde entonces la intervención de la institución de protección y bienestar del niño podría ser requerida.
El maltrato de menores en el seno de las familias es una de las causas contribuyentes a la problemática social que hoy en día se vive, cuyo producto último es el aumento en la incidencia criminal por parte de la juventud. El maltrato destruye el núcleo familiar, al romper los lazos de confianza y amor que son fundamento mismo de ella. El uso de la violencia por parte de sus padres y/o cuidadores la pone en tela de juicio la realidad de amor de los padres hacia los hijos.
El maltrato institucional
Se entiende por maltrato institucional a cualquier legislación, procedimiento, actuación u omisión procedente de los poderes públicos o bien derivada de la actuación individual de los profesionales que comporte abuso, negligencia,detrimento de la salud, la seguridad, el estado emocional, el bienestar físico,la correcta maduración o que viole los derechos básicos del niño y/o la infancia. (Martínez Roig, 1989) Al hablar del maltrato institucional, nos referimos a las inadecuadas o insuficientes prácticas llevadas a cabo por los siguientes sectores: ámbito sanitario, justicia, educación, servicios sociales, asociaciones para la prevención del maltrato infantil y ONGs. Incluye tanto las formas más conocidas de malos tratos llevadas a cabo extra-familiarmente -físico, negligencia,emocional, sexual- como de los programas -educación, salud, nutrición- y de los sistemas políticos, públicos y/o sociales inadecuados.
El abuso infantil se puede detectar de diversas formas especialmente cuando los encargados legales del menor dejan de tomar responsabilidades sobre el mismo. Según este artículo, han habido casos severos donde menores de 10 años tienden a cocinarse a ellos mismos porque los padres no han podido traer comida a la casa e incluso han ocurrido situaciones donde el menor permanecen más de 24 horas sin comer. Según esta revista, existen varios tipos de maltrato infantiles tales como, el abuso sexual (donde hay un contacto directo entre el agresor y la víctima), maltrato físico (donde ocurren lesiones y agresiones físicas en contra la víctima, no necesariamente hay abuso sexual), negligencia infantil (donde los padres o encargados legales descartan responsabilidades sobre el niño y al mismo lo abandonan) y el maltrato emocional (donde el agresor cosecha el miedo y la angustia sobre la víctima).
Un ejemplo de discriminación contra personas con discapacidad fue Cighid, un centro asemejado a un campo de concentración donde niños con discapacidad considerados como "irrecuperables" (en rumano: irecuperabili) murieron por el abandono al que eran sometidos.
Impacto
Las situaciones de maltrato lo que revelan es una grave disfunción relacional que por lo tanto afectará al normal desenvolvimiento del cumplimiento de tareas del menor. Este fracaso en la ejecución de las metas del menor sería, en sentido amplio, el impacto del maltrato y es lo que se viene a significar cuando en las definiciones de maltrato se señala que éste amenaza el desarrollo de la competencia del niño o el desarrollo físico, psicológico y emocional considerado como normal para el niño.
El impacto del maltrato o abuso, al ser un fenómeno contextualizado, puede verse amortiguado, según múltiples variables: no sólo las más obvias, relacionadas con el tipo, duración o intensidad del maltrato, sino también con las características de la víctima, los recursos y apoyos que tenga, y las propias situaciones de su evolución vital. Según el artículo (2003). "Basta de indiferencia: maltrato infantil", el abuso infantil es un conflicto del cual, hay muchas polémicas con respecto al niño; ya que el mismo puede tener muchos problemas durante su desarrollo personal.
Independientemente de las secuelas físicas que desencadena directamente la agresión producida por el abuso físico o sexual, todos los tipos de maltrato infantil dan lugar a trastornos conductuales, emocionales y sociales. La importancia, severidad y cronicidad de estas secuelas depende de:
Intensidad y frecuencia del maltrato.
Características del niño (edad, sexo, susceptibilidad, temperamento, habilidades sociales, etc).
El uso o no de la violencia física.
Relación del niño con el agresor.
Apoyo intra-familiar a la víctima infantil.
Acceso y competencia de los servicios de ayuda médica, psicológica y social.

En los primeros momentos del desarrollo evolutivo se observan repercusiones negativas en las capacidades relacionales de apego y en la autoestima del niño. Así como pesadillas y problemas del sueño, cambios de hábitos de comida, pérdidas del control de esfínteres, deficiencias psicomotoras, trastornos psicosomáticos.
En escolares y adolescentes encontramos: fugas del hogar, conductas autolesivas, hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento académico, deficiencias intelectuales, fracaso escolar, trastorno disociativo de identidad, delincuencia juvenil, consumo de drogas y alcohol, miedo generalizado, depresión, rechazo al propio cuerpo, culpa y vergüenza, agresividad, problemas de relación interpersonal.
Más allá de las consecuencias en el plano meramente psicológico, una investigación norteamericana ha apuntado que el castigo físico puede provocar alteraciones a nivel cerebral. Según este estudio, cuando los niños están sometidos a la violencia más allá de los cinco años de vida, tienen un Coeficiente Intelectual más bajo que sus coetáneos, lo cual se debe a una disminución de la materia gris en las zonas del área prefontal del cerebro15 .
Diversos estudios señalan además que el maltrato continúa de una generación a la siguiente. De forma que un niño maltratado tiene alto riesgo de ser perpetuador de maltrato en la etapa adulta.
Aspectos históricos

Consideraciones bíblicas

En el libro Proverbios se identifican ideas que desarrollan conceptos ligados a los recursos de crianza y enseñanza y se evidencia su clara inclinación hacia la práctica del maltrato con la finalidad de producir cambios conductuales:
La necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara de la disciplina lo corrige.
El látigo es para los caballos, el freno para los asnos, y el garrote para la espalda del necio.
Los golpes y las heridas curan la maldad; los azotes purgan lo más íntimo del ser.
Solá expresa que una mirada a la historia de la Biblia desvela que estos métodos por sí mismos no hicieron nunca una sociedad mejor y más ajustada a la voluntad de Dios. Más adelante, en el Nuevo Testamento se manifiesta un cambio de actitud respecto a las relaciones humanas:
Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho esto es la ley y los profetas.

Desarrollo histórico

A lo largo de la historia de la humanidad y en la actualidad, tomando a la humanidad como un todo, puede decirse que lo normal, en el sentido de frecuente, es que los niños no reciban lo que entendemos por «buen trato». La mayoría de los datos históricos que poseemos sobre el respeto de los derechos de los niños por parte de muchas culturas de la antigüedad corroboran esta afirmación.

La atención jurídica y médica de los menores maltratados empezó a desarrollarse en la segunda mitad del siglo XIX. De manera individual, el médico francés A. Tardieu publicó en 1860 la primera monografía sobre el tema y el también médico estadounidense Silverman demostró con estudios radiológicos las consecuencias no visibles de los maltratos.
El primer proceso judicial que defendió a un menor (una niña) por los malos tratos recibidos por adultos (en su caso, su propia madre), tuvo lugar en 1874 en Estados Unidos. La acusación fue realizada por la Sociedad Protectora de Animales, por cuanto no existía ley alguna que amparase a los menores, aunque sí a los animales en general.
Estas labores pioneras dieron como resultado que antes de que acabase el siglo se creasen dos sociedades pro derechos de los niños: The Society for the Preventión of Cruelty to Children, en Nueva York, y The National Society for the Prevention of Cruelty to Children, en Londres.
La atención a los derechos de los menores es característica de la segunda mitad del siglo 20, que es cuando se les reconoce como sujetos de derechos. En 1959, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración de los Derechos del Niño; y, más tarde, en 1989, esa misma Asamblea adoptó la Convención sobre los Derechos del Niño.
Paralelamente a este interés en el estatus legal, se fue desarrollando la correspondiente atención a la comprensión y prevención del fenómeno.
En 1962 se publicó en Estados Unidos un trabajo científico titulado «Síndrome del niño apaleado» que incentivó de manera definitiva la atención a las víctimas de los malos tratos infantiles, incluyendo con ellos la reformulación de las medidas legislativas y la sensibilización de la opinión pública respecto del problema. En los países europeos más desarrollados, se produjo un fenómenos similar en los años siguientes.
Habiéndose registrado una alta incidencia de querellas de maltrato de niños y un esfuerzo único por este mal fue aprobada en varios estados de Estados Unidos la Ley Número 75 el 28 de mayo de 1980, en la cual se establecía que un menor era víctima de "maltrato o negligencia" cuando sufría daño o perjuicio, o se encontraba en riesgo de sufrir daño o perjuicio en su salud física, mental emocional, o en su bienestar, por las acciones y omisiones no accidentales de sus padres o de otras personas o instituciones responsables de su cuidado. En esta ley se estableció la política pública de protección a menores.
La atención de los expertos ha ido desde la casi concentración en los malos tratos de tipo físico a la apertura hacia, por un lado, la comprensión de los conceptos de negligencia y de maltrato emocional, y, por otro, el problema de los abusos sexuales. También, ha habido cambios en lo que se refiere a la percepción de los maltratadores (en principio, identificados con personas con problemas psíquicos y/o pertenecientes a contextos socio-económicos muy atrasados; después, asumiendo el perfil variopinto del maltratador infantil) y en la forma de abordar los problemas (en principio, la separación del maltratado de su entorno; después, el intento de rehabilitar ese entorno).
Otro tipo de maltrato infantil, muy poco conocido es el llamado Síndrome de Münchausen por poderes, consiste en inventar una enfermedad en el niño o producirla por la administración de sustancias y medicamentos no prescritos. Generalmente se trata de un niño en la edad de lactante-preescolar (edad media de 3 años). Los signos y síntomas aparecen solamente en presencia de la madre (habitualmente el perpetrador del abuso), son de causa inexplicable y los exámenes complementarios no aclaran el diagnóstico. Este síndrome presenta una mortalidad entre 10-20%, y su impacto a largo plazo puede dar lugar a desórdenes psicológicos, emocionales y conductuales.

  • Abuso sexual infantil
De manera genérica, se considera abuso sexual infantil a toda conducta en la que un menor es utilizado como objeto sexual por parte de otra persona con la que mantiene una relación de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la madurez o el poder. Se trata de
un problema universal que está presente, de una u otra manera, en todas las culturas y sociedades y que constituye un complejo fenómeno resultante de una combinación de factores individuales, familiares y sociales. [...] Supone una interferencia en el desarrollo evolutivo del niño y puede dejar unas secuelas que no siempre remiten con el paso del tiempo.
El abuso sexual constituye una experiencia traumática y es vivido por la víctima como un atentado contra su integridad física ypsicológica, y no tanto contra su sexo, por lo que constituye una forma más de victimización en la infancia, con secuelas parcialmente similares a las generadas en casos de maltrato físico, abandono emocional, etc. Si la víctima no recibe un tratamiento psicológico adecuado, el malestar puede continuar incluso en la edad adulta.
En su mayoría, los abusadores son varones (entre un 80 y un 95 % de los casos) heterosexuales que utilizan la confianza y familiaridad, y el engaño y la sorpresa, como estrategias más frecuentes para someter a la víctima. La media de edad de la víctima ronda entre los 8 y 12 años (edades en las que se producen un tercio de todas las agresiones sexuales). El número de niñas que sufren abusos es entre 1,5 y 3 veces mayor que el de niños.
Los niños con mayor riesgo de ser objeto de abusos son:
Aquellos que presentan una capacidad reducida para resistirse o para categorizar o identificar correctamente lo que están sufriendo, como es el caso de los niños que todavía no hablan y los que tienen retrasos del desarrollo y discapacidades físicas y psíquicas;
Aquellos que forman parte de familias desorganizadas o reconstituidas, especialmente los que padecen falta de afecto que, inicialmente, pueden sentirse halagados con las atenciones del abusador;
Aquellos en edad prepúbertad con claras muestras de desarrollo sexual;
Aquellos que son, también, víctimas de maltrato.
Según un cálculo de las llamadas «cifras ocultas», entre el 5 y el 10 % de los varones han sido objeto en su infancia de abusos sexuales y, de ellos, aproximadamente la mitad ha sufrido un único abuso.
Los abusos a menores de edad se dan en todas las clases sociales, ambientes culturales o razas. También, en todos los ámbitos sociales, aunque la mayor parte ocurre en el interior de los hogares y se presentan habitualmente en forma de tocamientos por parte del padre, los hermanos o el abuelo (las víctimas suelen ser, en este ámbito, mayoritariamente niñas). Si a estos se añaden personas que proceden del círculo de amistades del menor y distintos tipos de conocidos, el total constituye entre el 65 y el 85 % de los agresores.
Los agresores completamente desconocidos constituyen la cuarta parte de los casos y, normalmente, ejercen actos de exhibicionismo; sus víctimas son chicos y chicas con la misma frecuencia.
El 20-30 % de los abusos sexuales a niños son cometidos por otros menores.
Es un acto considerado un delito por la legislación internacional y la mayoría de los países modernos, aunque no siempre haya una correspondencia entre el concepto psicológico y el jurídico del problema y no exista consenso sobre los procesamientos jurídicos de los abusadores.
Los testimonios de las personas que han sido objeto de abusos sexuales suelen ser ciertos. Respecto de los adultos, el síndrome de la «memoria falsa» o Falsos recuerdos suele ser poco frecuente debido a que se trata de sucesos que dejan una impronta muy relevante en la memoria. La APA (American Psychological Association: Asociación Psicológica Estadounidense) cuestiona la creencia en el supuesto síndrome de memoria implantada (no reconocido por el DSM IV) y declara en su informe oficial sobre el tema  que no se debe considerar que los recuerdos de abuso sexual infantil que aparecen en la adultez sean falsas memorias implantadas (aun cuando no tengamos pruebas que nos permitan interpretarlos literalmente como verdades históricas) ya que existen pruebas para afirmar que los abusos sexuales padecidos durante la infancia son tan traumáticos que muchas veces suelen ser olvidados y en algunos casos emergen en la adultez.
En cuanto a los niños, solo un 7 % de las denuncias resultan ser falsas. El porcentaje aumenta considerablemente cuando el niño está viviendo un proceso de divorcio conflictivo entre sus padres.
Concepto
La definición de «abuso sexual a menores» puede realizarse desde dos ópticas: la jurídica y la psicológica, que no siempre coinciden, por cuanto la valoración jurídica de esas conductas sexuales está condicionada por el criterio objetivable del grado de contacto físico entre los órganos sexuales de agresor y víctima, algo que no necesariamente correlaciona con la variación en el grado de trauma psicológico.
Desde el punto de vista jurídico, los abusos sexuales a menores se han concretado en figuras tales como la «violación», el «abuso deshonesto», y «estupro».
Desde un punto de vista psicológico, no existe unanimidad entre los especialistas a la hora de definir con precisión el concepto de «abuso sexual a menores»; los aspectos que diferencian unas definiciones de otras son, entre otros, los siguientes:
la necesidad o no de que haya coacción o sorpresa por parte del abusador hacia el menor. Para muchos autores, la mera relación sexual entre un adulto y un menor ya merece ese calificativo, por cuanto se considera que ha mediado un «abuso de confianza» para llegar a ella.
la necesidad o no de la existencia de contacto corporal entre el abusador y el menor. Aquellos que no lo consideran necesario, incorporan al concepto de «abuso» el «exhibicionismo», esto es, la obligación a un menor de presenciar relaciones sexuales entre adultos o, incluso, de participar en escenificaciones sexuales.
la cuestión de las edades: tanto en lo que se refiere a si el abusador tiene que ser mayor que el menor, como al valor de esa diferencia y la edad concreta de ambos (la edad máxima para el menor oscila entre los 15 y 12 años en la mayoría de los estudios; en cuanto al abusador, lo habitual es que se sitúe entre 5 y 10 años mayor que la del niño, según sea menor o mayor, respectivamente, la edad de este).
también existen investigaciones en las que se consideran abusos sexuales los producidos entre jóvenes de la misma edad;
por último, en otros casos, se subraya especialmente la relevancia del abuso sexual «percibido»; esto es, se considera específicamente como caso de «abuso sexual a un menor» cuando hay repercusiones clínicas en este.
Con todo, existe cierto consenso en la idea de que el límite que traspasa la evolución natural de la sexualidad infantil nos permite hablar de una sexualidad abusiva que se produce en el momento en que el/la menor pierde el control sobre su propia sexualidad y con ello del autodescubrimiento de su cuerpo y su placer para ser instrumentalizado en beneficio de un placer ajeno del que no es protagonista, y con una persona con la que está en una relación de asimetría de algún tipo de poder: control, edad, madurez psicológica o biológica [...] 
Terminología
La bibliografía especializada utiliza el término «abuso sexual» («abuso sexual infantil», «abuso sexual en la infancia», «abuso sexual a menores», «abuso sexual a niños», etc.) para referirse a este concepto.
Por su parte, en el lenguaje común de algunos países es designado también con el nombre de «pederastia». Igualmente, también es posible entender la palabra «pederastia» como sinónima de «pedofilia».
Al que comete el abuso se le identifica con el nombre de «abusador», «abusador de menores», «abusador de niños», «agresor sexual [infantil]», etc.
Históricamente, la «pederastia» (del griego παιδεραστία, paiderastía (siendo páis o paidós: ‘muchacho’ o ‘niño’; y erastês: ‘amante’) no ha sido asociada necesariamente al abuso. En la Antigua Grecia, por ejemplo, era la simple relación entre un adolescente y un adulto.
Clínicamente, la patología que sufre la mayoría de los abusadores de menores se conoce con el nombre de «pedofilia»:
un tipo de parafilia que consiste en la excitación o el placer sexual derivados principalmente de actividades o fantasías sexuales repetidas o exclusivas con menores prepúberes (en general, de 8 a 12 años).
Consecuentemente, la persona que sufre esa parafilia se denomina «pedófilo». Con todo, no es frecuente que en los estudios sobre el tema se utilice ese término como sinónimo estricto de «abusador sexual».
La razón está, por un lado, en que algunos de los pedófilos no llegan nunca a abusar de niños, sino que se quedan en los límites de las fantasías sexuales; y, por otro, en que algunos abusadores de niños lo hacen como reacción a una frustración con el ámbito adulto, que es sobre el que realmente tienen sus inclinaciones sexuales, de ahí que no sean, estrictamente, «pedófilos». En otras ocasiones, lo que se hace es circunscribir el término «pedófilo» a un tipo concreto de abusador, el primario, que se caracteriza por justificar su inclinación y conducta con criterios racionales. Con todo, hay también especialistas que no hacen distinción entre ambos conceptos.
Etimológicamente, tanto «pedofilia» (paidós: ‘niño’, filia: ‘amistad, amor’) como «pederastia» (paidós: ‘niño’, erastos, eros: ‘deseo sexual’) se basan en el término paidós: ‘niño’.
La relativa imprecisión del concepto de «abuso sexual» es el primero de una serie de factores que impiden una identificación precisa del alcance del problema dentro de la sociedad actual, por cuanto por su identidad tabú favorece su ocultamiento y silenciamiento. En segundo lugar, es un problema también que la mayoría de lo abusos se produzcan sin testigos, por lo que la única vía para su revelación sea el testimonio de la víctima. En tercer lugar, la condición de menor de esta implica que pocos casos sean los denunciados, ya sea por su incapacidad para comunicarlos, ya por el miedo que sienten, ya por no ser conscientes de haber sido sometidos a algo catalogable como «abusos». En cuarto lugar, dado que la mayoría de estos abusos se cometen en el interior de las familias o de círculos muy próximos al menor, es frecuente que se creen estrategias de ocultamiento extraordinariamente eficaces.
De acuerdo con lo anterior, la realización de estudios o encuestas encaminadas a determinar la extensión de la práctica de abusos sexuales está condicionada por múltiples factores, lo que obliga a tomar sus resultados con cierta cautela.
Entre los estudios más destacados desarrollados para evaluar la prevalencia de los abusos cometidos contra menores a nivel internacional destaca el efectuado [...] por Finkelhor (1994) [...]. Los datos muestran [...] que los abusos sexuales a menores constituyen un grave problema que se extiende internacionalmente, siendo Estados Unidos (27 % de las mujeres y 16 % de los varones) y España (22,5 % de las mujeres y 15 % de los varones) los países en los que se encuentran los mayores porcentajes de prevalencia disponibles [...], aunque [...] se incluye todo tipo de abusos, ya que se parte de definiciones de amplio espectro [...]. Estudios [...] como el de Gorey y Leslie (1997) después de revisar los datos disponibles en los últimos treinta años en Estados Unidos concluyen que la prevalencia de abusos sexuales es del 22,3 % para las mujeres y del 8,5 % para los varones. Por su parte, Fleming, Muller y Bammer (1997) en su revisión exponen que entre el 15-30 % de las mujeres y el 5-15 % de los varones han estado expuestos a alguna forma de actividad sexual no deseada durante su infancia.
El abusador

Características generales

Los abusadores sexuales de menores son, mayoritariamente, hombres (aproximadamente, un 87 %, y de más edad que los agresores de mujeres adultas, respecto de los que desempeñan profesiones más cualificadas y mantienen trabajos más estables) casados y familiares o allegados del menor, por lo que tienen una relación previa de confianza con este (solo entre el 15 y el 35 % de los agresores sexuales son completos desconocidos para el menor); cometen el abuso en la etapa media de su vida (entre los 30 y los 50 años), aunque la mitad de ellos manifestaron conductas tendentes al abuso cuando tenían menos de 16 años (recuérdese que entre un 20 y un 30 % de las agresiones sexuales a menores son cometidas por otros menores). Las mujeres abusadoras suelen ser mujeres maduras que cometen el abuso sobre adolescentes.

El abusador sexual es una persona de apariencia, inteligencia y vida normal. Con todo,
suelen presentar rasgos marcados de neuroticismo e introversión, así como inmadurez (en forma de infantilismo, por ejemplo). No obstante, la pedofilia suele aparecer junto con otra parafilia —el exhibicionismo, por ejemplo— y estar asociada a otros trastornos, como el alcoholismo o la personalidad antisocial. No es infrecuente una relación entre la pedofilia y la personalidad obsesiva.
Según un estudio, la mitad de ellos no recibió ningún tipo de expresión de afecto durante su infancia y adolescencia, presenta problemas con el consumo de alcohol y no presenta déficit en habilidades sociales, aunque sí falta de empatía hacia sus víctimas, negando además el delito (rasgos no necesariamente acumulables en cada individuo).
También se ha señalado que la personalidad del abusador, que disfrutaría sometiendo a un niño y causando un sufrimiento, se encuadra dentro de lo que se denomina «estructura psicológica perversa».

Tipos

Se pueden distinguir dos grandes tipos de abusadores: los primarios y los secundarios o situacionales. Los primarios muestran una inclinación sexual casi exclusiva por los niños y su conducta compulsiva es independiente de su situación personal. Se trata, clínicamente, de «pedófilos» en un sentido estricto del término, que presentan unas distorsiones cognitivas específicas: consideran su conducta sexual como apropiada (no se siente culpables ni avergonzados), planifican sus acciones, pueden llegar a atribuir su conducta a un efecto de la seducción por parte del menor o pueden justificarla como un modo de educación sexual para este.
El origen de esta tendencia anómala puede estar relacionado con el aprendizaje de actitudes extremas negativas hacia la sexualidad o con el abuso sexual sufrido en la infancia, así como con sentimientos de inferioridad o con la incapacidad para establecer relaciones sociales y sexuales normales.
Pueden, además, coadyuvar determinados problemas de origen psicológico o social, como el abuso del alcohol o de las drogas, los estados depresivos, el escaso autocontrol e, incluso, en algunos casos, leve retraso mental.
En cuanto a los secundarios o situacionales, estos se caracterizan por que su conducta viene inducida por una situación de soledad o estrés: el abuso suele ser un medio de compensar la baja autestima o de liberarse de cierta hostilidad. No son estrictamente pedófilos, en tanto que su inclinación natural es hacia los adultos, con los que mantienen normalmente relaciones problemáticas (impotencia ocasional, tensión de pareja...); solo recurren excepcionalmente a los niños y lo hacen de forma compulsiva, percibiendo su conducta como anómala y sintiendo posteriormente culpa y vergüenza.
Muchos pedófilos, al ser descubiertos, niegan sus acciones e, incluso, llegan a negárselas a sí mismos. Otra actitud frecuente es la relativización de la trascendencia de los hechos (están convencidos de la imposibilidad de causarle problemas al menor o aluden a un factor de enamoramiento como justificante de la acción sexual) o el dirigir la responsabilidad hacia el menor, que es quien les ha fascinado para cometer los abusos.
La doctora Irene Intebi, experta en abuso sexual infantil, explica:
Contra lo que quisiéramos creer, otra vez más nos toman por sorpresa las estadísticas internacionales que señalan a los padres biológicos como los principales responsables de los abusos intrafamiliares. Estaríamos tentados a argumentar que eso corresponde a otras culturas, otras idiosincrasias, otros estilos de crianza. Recurramos al estudio llevado a cabo en Buenos Aires entre 1989 y 1992 sobre 138 casos. Los datos son incuestionables: el 42,5 % de los abusadores son los padres biológicos. En segundo lugar, aparecen los familiares cercanos -incluyendo tíos, abuelos, hermanos, primos, etcétera- que representan el 23,7 %. El tercer lugar corresponde a los conocidos no familiares, con el 17,5 %. Solo en el último lugar entre los perpetradores identificados están quienes la opinión general supone son los abusadores más frecuentes: los padrastros, responsables de estos hechos en el 13,8 % de los casos.29
Algunos autores han clasificado a los abusadores según:
Las inclinaciones sexuales enExtrafamiliares, pedófilos centrados en prepúberes, por lo general menores de 13 añosIntrafamiliares, endogámicos, incestuosos
La exclusividad de la atracción por niños enPedófilos exclusivos (atracción selectiva hacia varones o niñas, o indiscriminada cuando cualquier menor puede ser objeto del impulso sexual)Pedófilos no exclusivos que también se sienten atraídos por adultos
La edad de las víctimas enPedófilos propiamente dichos
(eligen niños prepúberes sin capacidad orgásmica). No hacen distinción de género.
Hebefílicos (prefieren púberes o adolescentes).
El estiloFijadosRegresivos
Estas concepciones, que hasta comienzos de los años ochenta guiaban a los investigadores, se fueron desdibujando con el tiempo al existir más casuística y comprobar que, como los abusadores no constituyen un grupo homogéneo, los casilleros son compartidos y a grandes rasgos. Un pedófilo puede ser heterosexual, estar casado y, sin embargo, abusar tanto de niñas como de varones; un padre biológico incestuoso puede abusar de sus propios hijos y, al mismo tiempo, de niños extraños y además haber violado mujeres adultas.No existe un perfil único que pueda englobar a todos los abusadores, ni características que sean comunes a todos los abusadores. Lo único que tienen en común todos los abusadores de niños es un deseo sexual dirigido a menores y una clara disposición a atacarlos.
De acuerdo con su experiencia profesional, William E. Prendergast, especialista en el tratamiento de ofensores sexuales, afirma que la mayoría de los abusadores son personas agradables, educadas, caballeros, cooperadores, de buen comportamiento y muy trabajadores, que hacen todo lo posible para agradar y ser aceptados.

El abusador violento

La violencia en los abusos sexuales se da en los casos en que el trastorno narcisista de la personalidad está asociado a graves rasgos asociales, [con lo que] las determinantes inconscientes del comportamiento sexual se conectarían con las dinámicas del sadismo convirtiéndose en peligrosas, porque la conquista sexual del niño, en este caso, representaría un instrumento de venganza por los abusos sufridos en la infancia y el modo de ejercer el propio e incontrovertible dominio -bajo la forma de deshumanización y humillación- sobre otro ser humano. Un sentimiento de triunfo acompaña la transformación de un drama pasivo en una victimización perpetrado activamente: el niño es visto como un objeto que puede ser fácilmente orientado y aterrorizado, que no provoca frustración y no tiene posibilidad de vengarse.
Entre los factores que podrían favorecer la aparición de este tipo de pederastia se encuentran la violencia (violaciones, crueldad...) ejercida contra el individuo en su infancia (especialmente, si los agentes fueron sus propios padres) y el haber vivido en ambientes familiares muy desestructurados, con episodios de violencia en los que el individuo no tuvo la oportunidad de intervenir para mejorarlos.
Fases del abuso sexual
El abuso sexual de un menor es un proceso que consta generalmente de varias etapas o fases:
Fase de seducción: el futuro abusador manipula la dependencia y la confianza del menor, y prepara el lugar y momento del abuso. Es en esta etapa donde se incita la participación del niño o adolescente por medio de regalos o juegos.
Fase de interacción sexual abusiva: es un proceso gradual y progresivo, que puede incluir comportamientos exhibicionistas,voyeurismo, caricias con intenciones eróticasmasturbación, etc. En este momento ya se puede hablar de «abusos sexuales».
Instauración del secreto: el abusador, generalmente por medio de amenazas, impone el silencio en el menor, a quien no le queda más remedio que adaptarse.
Fase de divulgación: esta fase puede o no llegar (muchos abusos quedan por siempre en el silencio por cuestiones sociales), y, en el caso del incesto, implica una quiebra en el sistema familiar, hasta ese momento en equilibrio. Puede ser accidental o premeditada, esta última a causa del dolor causado a los niños pequeños o cuando llega la adolescencia del abusado.
Fase represiva: generalmente, después de la divulgación, en el caso del incesto la familia busca desesperadamente un reequilibrio para mantener a cualquier precio la cohesión familiar, por lo que tiende a negar, a restarle importancia o a justificar el abuso, en un intento por seguir como si nada hubiese sucedido.
Tipología de actos abusivos
Dentro de los abusos sexuales, es importante distinguir aquellos que van acompañados de violencia de aquellos que no. La violencia puede provocar dolor físico y, por tanto, determinar las reacciones de rechazo, miedo o de terror. Las segundas pueden ser de distinto tipo, hasta el punto de que algunos niños ni se percatan de que un adulto los ha tocado o tratado de manera impropia.
Los tipos específicos de abusos sexuales más frecuentes son los siguientes:
Sin contacto físico: exhibicionismo, masturbación delante del menor, observación del niño desnudo, narración o proyección al menor de historias con contenido erótico o pornográfico;
Con contacto físico: tocamientos, masturbación, contactos bucogenitales, penetración.
El tipo de conductas que se llevan más a cabo (normalmente, repetidas) son los tocamientos y la masturbación mutua; en cuanto a la penetración -oral, vaginal o anal- es menos frecuente.

Los abusos sexuales en el ámbito doméstico

El abuso sexual de menores en el ámbito familiar es una realidad compleja en la que los factores que pueden configurar un contexto favorable a los mismos son variados y diversos. En principio, el factor crítico no es tanto la consanguinidad entre los participantes, sino el papel parental que desempeña el adulto respecto del menor. Los casos más frecuentes (70-80 %) entre los denunciados son los de padrastro-hija y padre-hija. La edad media del menor está entre los 6 años y los 12, y la relación se remonta a un tiempo bastante anterior a su descubrimiento con una duración de unos dos años. Si la familia cuenta con más de un hijo, es normal que los abusos afecten también a más de uno de ellos.
A menudo (cerca del 50 % de los casos), además del abuso sexual hay también abuso físico (maltrato) y negligencia respecto del menor. En muchos casos, pero no siempre, se encuentran historias de incesto en la anamnesis de uno o ambos padres, que han crecido en ambientes degradados o faltos de afecto. En muchas situaciones se ha verificado la presencia de un padre alcohólico o de una patología psiquiátrica en uno o ambos padres.
La casuística clínica demuestra que un menor de edad víctima de sevicias sexuales en la familia puede perder sus puntos de referencia afectivos y sufrir una alteración del equilibrio psíquico presente y futuro: pérdida de autoestima, incapacidad de establecer relaciones afectivas armoniosas, dificultades para acceder a una vida sexual y paternal satisfactoria. También existe el riesgo de dejarse implicar en la prostitución.
El silencio que recubre la práctica de abusos sexuales dentro de las familias dificulta su conocimiento en un plazo corto de tiempo y, de hecho, los informes de las víctimas suelen ser retrospectivos, frecuentemente obtenidos en el proceso terapéutico. El silencio al respecto por parte del menor obedece a diversos motivos: miedo a no ser creído (de hecho, son frecuentes los casos de incredulidad explícita por parte de familiares no implicados ante las denuncias de los menores); chantajes por parte del adulto; vergüenza por la posible publicidad del asunto; sentimientos de culpa (además, existe la posibilidad de que se detenga al familiar); temor a la pérdida de referentes afectivos; y, sobre todo, la manipulación sobre el sistema perceptivo del menor que realiza el adulto, en forma de una confusión generada al difuminar la identidad exacta del acto que ha constituido el abuso. En este sentido, el menor es inducido a dudar de sus propias percepciones, a negar su autenticidad y, al final, ya no sabe qué experimenta de verdad, cuáles son sus sensaciones reales, qué está bien y qué está mal. Entonces se persuade de que la realidad más correcta es la del adulto que la interpreta para él, no la suya. Esta pérdida del ego, debida a la negación del propio sentimiento, a veces puede generar trastornos psíquicos de menor a mayor gravedad, como el desdoblamiento, es decir, la separación de los propios estados psíquicos auténticos o su negación.
Por lo demás, la práctica de este tipo de incesto no es exclusiva de familias desestructuradas, sino que se puede encontrar también en ámbitos más estables; en este sentido, el descubrimiento de los casos acaecidos en estos últimos resulta mucho más dificultoso, pues los primeros suelen aflorar en los hospitales.
La característica esencial de las familias donde se dan abusos sexuales a los menores es que presentan algún tipo de disfuncionalidad que comporta, normalmente, su tendencia a encerrarse en sí mismas y a aislarse socialmente. Se trata, además, de grupos donde el miedo a la ruptura familiar es perceptible (motivado, en ocasiones, por las dificultades económicas que podría acarrear); consecuentemente, el incesto puede llegar a cumplir la función secundaria de mantener unida a la familia: la casuística muestra que, en casi la mitad de los casos, al constatarse el incesto padre-hija (o padrastro-hija), la armonía de la pareja estaba comprometida y las relaciones conyugales estaban suspendidas desde hacía tiempo. El incesto se convierte así en un poderoso regulador de los problemas de la pareja.
El abusador, en estos casos, suele ocupar una posición dominante en el seno de la familia y actúa impidiendo las relaciones de sus miembros con el exterior. En cuanto a la hija, de ser ella la víctima, suele ser la mayor y haber intercambiado su papel familiar con el de la madre, de la que se halla distanciada emocionalmente (es frecuente la presencia en estas familias de madres perturbadas psíquicamente o alcoholizadas).
Se han identificado dos grandes tipos de familias proclives a la práctica de abusos sexuales sobre sus menores, caracterizadas ambas por la presencia de parejas de progenitores en las que uno de los miembros es el dominante y autoritario y el otro el subordinado y pasivo. Los hijos suelen estar implicados, consecuentemente, en la relación de pareja con funciones sustitutivas:
por un lado, familias donde el perfil patriarcal de su funcionamiento es extremo. El padre es una figura dominante y su comportamiento es autoritario e, incluso, violento. La madre, por el contrario, es pasiva o sumisa, y suele presentar enfermedades físicas o psicológicas que la sitúan en una posición marginal dentro del grupo. En este tipo de familias, una hija reemplaza a la madre, asumiendo también el papel sexual correspondiente.
por otro lado, habría familias donde los papeles están invertidos respecto de la anterior: la madre es la figura dominante, aunque se halla frecuentemente alejada del hogar por motivos de trabajo, y el padre adopta una posición subordinada y dependiente respecto de ella, con lo que se alinea psicológicamente con los hijos. En este tipo de familias, el padre busca el consuelo afectivo en una hija, lo que deriva frecuentemente en el incesto.
Consecuencias de los abusos sexuales a menores.
Las consecuencias del abuso sexual a corto plazo son, en general, devastadoras para el funcionamiento psicológico de la víctima, sobre todo cuando el agresor es un miembro de la misma familia. Las consecuencias a largo plazo son más inciertas, si bien hay una cierta correlación entre el abuso sexual sufrido en la infancia y la aparición de alteraciones emocionales o de comportamientos sexuales inadaptativos en la vida adulta. No deja de ser significativo que un 25 % de los niños abusados sexualmente se conviertan ellos mismos en abusadores cuando llegan a ser adultos.

Los indicios de posibles abusos

Existen dos grandes tipos de indicios que pueden sugerir la existencia de abusos sexuales sobre un menor: los problemas conductuales y las dificultades emocionales.
En el primer tipo se incluyen, entre otros, problemas como el fracaso escolar, la negativa a hablar o a interrelacionarse afectivamente con los demás, la tendencia a la mentira, la promiscuidad y excesiva reactividad sexual, los ataques de ira, las conductas autolesivas, la tendencia a la fuga y el vagabundeo, etc.
En el segundo tipo se encuentran dificultades como la depresión, la ansiedad, la baja autoestima, los sentimientos de impotencia, la dificultad para confiar en los demás, determinados síntomas psicosomáticos (dolores en diversas partes del cuerpo, por ejemplo), trastornos del sueño o, por el contrario, deseo constante de refugiarse en él, etc.

Las consecuencias de los abusos

Una gran cantidad de estudios  indican que la mayoría de las víctimas infantiles de abusos sexuales sufren daños como consecuencia de los mismos: tienen dificultades para sentirse personas y para crecer con autonomía. [...] Los excesos de estimulación debidos a manipulaciones brutales y a emociones perturbadoras o frustrantes los dejan [...] en un estado sensorial confuso y evanescente: entienden que son prisioneros de la voluntad ajena, se sienten amenazados pero no pueden responder o sustraerse a ella. Todas las referencias sensoriales, afectivas y representativas se confunden cuando un niño es víctima de un abuso sensorial o afectivo que no puede integrar. [...] Cuando un adulto abusa de la propia fuerza y del propio poder, el niño no puede oponerse en un plano de igualdad: no posee el lenguaje, aún no es autónomo, su vida depende de los mayores. [...] Sirviéndose del niño como objeto sexual, asustándolo y sobreexcitándolo cuando aún no es libre de elegir o sustraerse, cuando aún no está en condiciones de simbolizar las experiencias a nivel cognitivo, de expresarlas en palabras y de valorarlas por lo que son, el que abusa de él, con sus intervenciones irrespetuosas en relación con los ritmos de crecimiento y las exigencias del pequeño, puede interrumpir su proceso de humanización, «petrificarlo», con consecuencias cuyos efectos pueden hacerse sentir a muchos años de distancia.
Con todo, la coexistencia de una historia de abuso sexual infantil y los trastornos adultos no prueban que el abuso «causara» el trastorno. En muchas familias en donde se han producido abusos sexuales, hay otros problemas familiares (alcoholismo de los padres, abusos emocionales, discordias maritales) que igualmente son dañinos para los niños. Los factores genéticos también pueden entrar en la ecuación, quizá por afectar al grado de vulnerabilidad y resistencia del individuo.
El impacto de la agresión sexual está condicionado por, al menos, cuatro variables que se hallan interrelacionadas:
el perfil individual de la víctima (respecto del cual es más importante que su edad o el sexo, el contexto familiar donde vive);
las características de la agresión (cuya gravedad es proporcional a la frecuencia, duración y violencia con que se ha producido);
la relación entre víctima y abusador: las pruebas muestran que los efectos psicológicos más graves se producen cuando el abusador es una persona conocida en la que el menor confía
y las consecuencias provocadas por el descubrimiento del abuso (sobre todo en lo que se refiere a si el abusado es creído o no; una respuesta inadecuada del entorno de la víctima puede complicar el proceso de recuperación).
Por otra parte, se ha estudiado también el dilema al que se enfrentan los niños que han sufrido un abuso cuando han intentado comunicar su experiencia, y que explicaría los enormes problemas que tienen los menores para contar con coherencia y de inmediato la agresión sufrida. R. C. Summit definió, en este sentido, el SAASN (Child Sexual Abuse Accomodation Syndrome: síndrome de acomodación del niño al abuso sexual) de acuerdo con cinco etapas:
secreto
indefensión
acomodación y trampa
revelación diferida, contradictoria y poco convincente y
retractación.

Por lo demás, algunos agresores fomentan el silencio de la víctima sugiriéndole a esta que lo que ha ocurrido es un secreto compartido o amenazándola directamente.

Consecuencias del incesto

En cuanto a las consecuencias de los abusos sexuales intrafamiliares, la casuística muestra que casi el 30 % de las mujeres que recurren a un tratamiento psiquiátrico refieren una historia de incesto. Prácticamente todos los síndromes psiquiátricos conocidos han sido señalados como posibles consecuencias de una experiencia de incesto: frigidez, promiscuidad sexual, fantasías o relaciones homosexuales, delincuencia, depresión con tendencias suicidas, fobia, psicosis después del parto, anorexia nerviosa, crisis histéricas y ataques de ansiedad. Análogamente se ha comprobado que muchas mujeres que han sido violadas en más de una ocasión han sido víctimas de incesto. También los estudios realizados con prostitutas han demostrado que cerca del 50 % de ellas tenían a sus espaldas un historial de abusos sexuales entre los muros domésticos [...] Entre los drogadictos graves [...] a menudo hay mujeres víctimas de una experiencia anterior de incesto. También se ha observado que un porcentaje considerable de los hombres que se encuentran en la cárcel por delitos sexuales [...] había estado sexualmente implicado con algún miembro de su familia.
Según Jean Goodwin, se pueden describir las consecuencias de este tipo de abusos atendiendo a los distintos estadios del desarrollo: infancia, edad preescolar, edad de latencia, adolescencia y edad adulta.
En la infancia, además de algunos síntomas fisiológicos, se produce un miedo inesperado a los hombres o un apego a la madre también excesivo.
La edad preescolar (4-6 años) es la etapa en la que se producen las situaciones más complejas, debido a que el menor siente auténtico terror ante la posibilidad de perder el afecto y la protección de su familia, por lo que tiene fuertes sentimientos de culpa ante los hechos acaecidos.
La edad de latencia (6-12 años) presenta el mayor porcentaje de menores que confiesan haber sufrido abusos familiares. Aun siendo ya conscientes de lo que les ha pasado, suelen usar la fantasía como defensa y suelen expresarse metafóricamente al respecto. Entre las consecuencias más evidentes están el rechazo a la escuela y la idealización de la familia.
Los adolescentes sometidos a abusos sexuales suelen recurrir con frecuencia a las fugas de casa (no tanto como huida, sino como declaración simbólica de su culpabilidad), la promiscuidad sexual, los intentos de suicidio (habitualmente, entre los 14 y 16 años y motivados por el sentimiento de culpa por haber traicionado a la madre, el sentimiento de fracaso por haber sido causa de disolución familiar, las dificultades para entablar relaciones sexuales normales tras los abusos...), las crisis histéricas, etc.

Efectos a corto plazo

Entre el 70 y el 80 % de las víctimas quedan emocionalmente alteradas después de la agresión (efectos a corto plazo). Las niñas suelen presentar reacciones ansioso-depresivas (muy graves en los casos de las adolescentes) y los niños problemas de fracaso escolar y de socialización, siendo más proclives a presentar alteraciones de la conducta en forma de agresiones sexuales y conductas de tipo violento.
Desde un punto de vista más teórico, el «modelo del trastorno de estrés postraumático» considera que los efectos son los propios de cualquier «trauma»: pensamientos intrusivos, rechazo de estímulos relacionados con la agresión, alteraciones del sueño, irritabilidad, dificultades de concentración, miedo, ansiedad, depresión, sentimientos de culpabilidad, etc. (efectos que pueden materializarse físicamente en síntomas como dolor de estómago, de cabeza, pesadillas...).
Por su parte, otro modelo teórico, el «traumatogénico», centra su atención en cuatro variables como causas principales del trauma:
sexualización traumática: el abuso sexual es una interferencia en el desarrollo sexual normal del niño, por cuanto aprende una vivencia de la sexualidad deformada (especialmente, cuando la agresión se ha producido en el hogar);
pérdida de confianza: no solo con el agresor sino con el resto de personas cercanas que no fueron capaces de impedir los abusos;
indefensión: el haber sufrido los abusos lleva a la víctima a considerarse incapaz de defenderse ante los avatares de la vida en general, provocando en él actitudes pasivas y de retraimiento;
estigmatización: sentimientos de culpa, vergüenza, etcétera, que minan su autoestima.

Efectos a largo plazo

A largo plazo, aunque los efectos son comparativamente menos frecuentes que a corto plazo, el trauma no solo no se resuelve sino que suele transitar de una sintomatología a otra. Con todo, no es posible señalar un síndrome característico de la adultos que fueron objeto de abusos sexuales en la infancia o adolescencia. Existen numerosos condicionantes de la pervivencia de efectos a largo plazo, como puede ser, entre otros, la existencia en el momento de los abusos de otro tipo de problemas en la vida del niño (maltratos, divorcio de los padres, etc.) e, incluso, en muchos casos los efectos aparecen provocados por circunstancias negativas en la vida adulta (problemas de pareja, en el trabajo, etc.).
Los fenómenos más regulares son las alteraciones en el ámbito sexual, como inhibición erótica, disfunciones sexuales y menor capacidad de disfrute, depresión, falta de control sobre la ira, hipervigilancia en el caso de tener hijos o adopción de conductas de abuso o de consentimiento del mismo, y síntomas característicos de cualquier trastorno de estrés postraumático.
De forma más pormenorizada, pueden señalarse como efectos a largo plazo los siguientes: el abusado puede experimentar síntomas como retrospecciones (recuerdos traumáticos que se imponen vívidamente en contra de la voluntad), inestabilidad emocional, trastornos del sueño, hiperactividad y alerta constante. Por otra parte, también se pueden producir aislamiento, insensibilidad afectiva (petrificación afectiva), sentimiento de culpabilidad por lo ocurrido, trastornos de memoria y de la concentraciónfobiasdepresión, ansiedad, flashback (revivir el pasado), disociación y conductas autodestructivas.
Debido a que el inicio en la vida sexual del menor fue traumático, experimenta sensaciones y conductas distorsionadas en el desarrollo de su sexualidad, como agresividad sexual, conductas inadecuadas de seducción hacia otros, masturbación compulsiva, juegos sexualespromiscuidad sexual, trastornos de la identidad sexualprostitución, e incluso llegan a reexperimentar la situación abusiva siendo, posteriormente la pareja de un abusador.
Hay pruebas también de que las personas pueden olvidar y olvidan de hecho las agresiones sexuales (así como otros acontecimientos traumáticos de su vida). Quienes han sufrido traumas pueden tener recuerdos invasivos de los sonidos de un acontecimiento y simultáneamente ser incapaces de recordar las imágenes (o viceversa), o pueden recordar los sentimientos experimentados durante el abuso, pero no los acontecimientos exactos que los provocaron.
La experiencia clínica tradicional ha demostrado que son tres las causas fundamentales para reprimir los recuerdos: evitar el dolor, evitar quedar abrumado y evitar deseos inaceptables. Recientemente, se ha añadido el «evitar información que amenaza un vínculo necesario» como una causa más y, quizá, la más relevante, en la misma línea que algún especialista ya había señalado de que un motivo para la inconsciencia de los recuerdos es la «preservación del amor de los otros» (M. J. Horowitz).

La amnesia como consecuencia del abuso

Un informe de 1994 de la American Psychological Association (Asociación Psicológica Estadounidense) estableció cuatro ideas básicas en relación al asunto de los recuerdos diferidos de abusos en los niños:
la mayoría de las personas que sufrieron abusos sexuales en la infancia recuerdan todo o parte de lo ocurrido;
una agresión sexual que se llegase a olvidar durante mucho tiempo puede recordarse (se desconoce el cómo);
son posibles los pseudorrecuerdos de hechos no ocurrido (se desconoce el cómo);
existe un conocimiento insuficiente de los procesos que llevan a un recuerdo exacto o inexacto del abuso sexual en la infancia.
Con todo, el fenómeno del olvido de las agresiones sexuales está muy extendido y bien documentado, aunque no se comprenden con exactitud sus causas y mecanismos. Por otro lado, también existen una teoría que sostiene que existen "Falsos recuerdos"o recuerdos fabricados (sobre todo, en presencia de un individuo persuasivo en posición de autoridad: terapeuta, progenitor, etc.); muchas víctimas expresan, de hecho, grandes dudas acerca de la realidad de sus propios recuerdos de la agresión, independientemente de la frecuencia de sus recuerdos.  Esta teoría, sostenida por unas pocas personas, no aparece en el DSM-V ni en el CIE-10 y es rechazada por la comunidad académica.
En este sentido, se cree que las dudas acerca de los hechos están directamente vinculadas a la naturaleza del abuso; esto es, el hecho de que en la infancia las personas tiendan a subordinar nuestras percepciones de la realidad a las de un tercero implica para el caso de las agresiones sexuales que luego haya una serie de consecuencias distorsionadoras en la capacidad de conocimiento de la realidad para el adulto que las ha sufrido.
En 1996, Jennifer J. Freyd expuso su teoría de que la represión de la memoria no aparece porque reduzca el sufrimiento, sino porque, a menudo, el hecho de desconocer el abuso cometido por un cuidador es necesario para la supervivencia.
Esta teoría, que denomina «del trauma de la traición», propone que los traumas que más posibilidades tienen de ser olvidados son aquellos en los que la traición es un componente fundamental. Así, considera que la traición de un cuidador de confianza es clave para prever un caso de amnesia con respecto al abuso sexual cometido por este, en tanto que el apego del niño a ese cuidador convierte a la amnesia en adaptativa: cuando el traidor es alguien de quien dependemos, los mismos mecanismos que por regla general nos protegen —la sensibilidad a los engaños y el dolor que nos motiva para cambiar las cosas de manera que dejemos de estar en peligro— se convierten en un problema. Debemos bloquear la conciencia de la traición, olvidarla, con el fin de asegurar que nos comportemos de manera que se mantenga la relación de la que dependemos.
Tratamiento de víctimas y agresores

Las víctimas

El principal problema que hay con los abusos sexuales a menores es que, tanto si se trata de un simple acoso como si hay penetración, no suele dejar pruebas física duraderas en los niños. Por otro lado, ni el agredido ni los agresores, unos por la edad y otros por su problema, suelen ser capaces de explicar con precisión lo que ha ocurrido. Además, la confirmación de los hechos es complicada porque no suele haber más testigos oculares que la víctima y el agresor, el cual suele negar la acusación.
La valoración psicológica de un caso de abusos se aborda, fundamentalmente, a través de la entrevista psicológica al menor y la observación. Básicamente, son dos los tipos de entrevistas que se programan con la víctima: por un lado, aquellas que están encaminadas a investigar lo que ha ocurrido, y por otro las que están orientadas a la intervención sobre el niño como víctima del abuso.
La consecuencia inmediata que se extrae de los primeros contactos con la víctima es si la intervención terapéutica es necesaria o conveniente, pues no todos los menores víctimas de abusos presentan síntomas psicopatológicos que obligan a un tratamiento. Normalmente, determinadas características individuales del menor y de su contexto sociofamiliar pueden ser suficientes como para proteger al menor del impacto negativo del abuso.
Se han señalado cuatro criterios básicos que sugieren una mayor urgencia de actuación en un caso de abuso: la convivencia del agresor con el niño tras el abuso; la actitud pasiva o de rechazo hacia el niño por parte de su familia; la gravedad del abuso; la ausencia de una supervisión del caso que pudiese evitar nuevos abusos.
Se han señalado, también, dos grandes fases, con sus correspondientes técnicas, en el proceso de intervención sobre una víctima de abusos sexuales:  una primera fase educativa y una segunda específicamente terapéutica.
La fase educativa pretende que el menor comprenda tanto su propia sexualidad como la del agresor de una forma objetiva y adaptada a su nivel. Se trata de informar al menor y hacer que comprenda qué son los abusos sexuales y cómo prevenirlos. El objetivo es no solo garantizar su seguridad en el futuro sino, sobre todo, aumentar la autoestima en el menor confiriéndole mecanismos de control sobre los aspectos relativos a la sexualidad.
La fase terapéutica aborda la situación en que ha quedado el niño tras el abuso y pone en práctica determinadas técnicas para que pueda superar el trauma y evite recaídas en la edad adulta. Entre las técnicas que se pueden utilizar están:
el desahogo emocional del menor, con el objeto de romper el secreto y el correspondiente sentimiento de aislamiento, que en ocasiones puede llevar a que el niño cree sus propios y errados mecanismos de defensa;
la revaluación cognitiva, con el objeto de evitar la disociación o la negación de la experiencia, de forma que el niño reconozca que sus sentimientos son legítimos y normales tras una experiencia como la que ha vivido;
técnicas que permitan cambiar las alteraciones cognitivas, afectivas, sexuales y conductuales (habilidades sociales y asertividad; entrenamiento en relajación y control de la ira; autoexploración...).
terapias basada en el «juego dramático» (para crear con la imaginación situaciones y personajes que permitan al menor regresar al hecho perturbador pero desde una posición analítica, externa y controladora); los cuentos infantiles (para explicar y analizar los hechos metafóricamente); el dibujo (con una función diagnóstica y terapéutica, a la vez).

Los agresores

Muchos estudios y experiencias forenses demuestran que solo unos pocos de estos agresores sexuales pueden ser diagnosticados como psicópatas sexuales —cuyo reto en la intervención sí que consideramos francamente complejo— y, por tanto, la posibilidad del tratamiento y la rehabilitación del resto de agresores sexuales se convierten en una realidad factible.

El abusador de niños es una persona razonablemente integrada en la sociedad, en cualquier caso siempre mucho más que un violador. Suelen carecer de historial delictivo. En consecuencia, su actitud habitual ante el problema es negarlo o minimizarlo, con el objeto de no ser identificado como tal por la sociedad, en la que el abuso sexual a menores genera un gran rechazo y es objeto de sanciones penales.
El pederasta puede aprender a controlar su conducta, pero no la inclinación pedófila, la cual es causa de sufrimiento en una parte de los pederastas (conscientes de su proclividad a los abusos sexuales) pero no en todos. Por lo demás, no todos los pederastas son pedófilos, pues en muchos casos solo están usando a los niños como sustitutos de adultos a los que no pueden acceder para mantener relaciones sexuales con ellos.
Se han señalado cuatro categorías principales de negación por parte de los abusadores sexuales, las cuales implican sendos tipos de dificultades a la hora del tratamiento:
negación de los hechos: se trata de la categoría que implica la forma más difícil de tratar y superar el problema;
negación de conciencia: el abusador echa la culpa a distintos aspectos no controlables por él, como el alcohol, impulsos irrefrenables, etc.
negación de responsabilidades: el abusador atribuye la culpa a la víctima;
negación del impacto: el agresor acepta su responsabilidad, pero minimiza sus consecuencias.
El tratamiento psicológico para los abusadores que aceptan someterse al mismo, y para el que deben haberse resuelto previamente esas formas de negación, es muy parecido al utilizado para adicciones como el alcohol se suele centrar en las siguientes líneas de actuación:
La prevención de nuevos episodios de abuso;
la modificación de las ideas distorsionadas en relación con el abuso sexual;
la supresión o reducción de los impulsos sexuales inadecuados;
el aumento de la excitación heterosexual adecuada y de las habilidades sociales requeridas;
el entrenamiento en autocontrol y solución de problemas;
mejora de la autoestima;
las estrategias de prevención de recaídas.
El menor ante su denuncia
La verificación de una acusación de abuso sexual no es una tarea fácil. Existen dos principios básicos de actuación que hay que manejar siempre: por un lado, asumir que cada caso es distinto de todos los demás, aunque solo sea en un matiz o detalle; por otro, que el interés en la protección del menor debe ser prioritaria, pues la revelación del abuso puede interrumpir este y, por el contrario, las actitudes indecisas y superficiales ante determinadas evidencias pueden agravar las consecuencias del mismo.
En general, si bien es cierto que puede existir, tanto en adultos como en menores, la inducción de falsas denuncias o de falsos recuerdos a través de diversos mecanismos,
no es frecuente (aunque en algún caso raro es posible) que los niños denuncien falsamente un abuso mintiendo por oportunismo.
A este respecto, son más frecuentes las falsas retracciones, debido a que la inherente vulnerabilidad del menor puede llevarle a sentir terror ante las consecuencias de su denuncia. Estas retracciones se originan en motivos como el temor a las amenazas, la relación afectiva con el abusador, los sentimientos de culpa cuando es un caso de incesto, el sentimiento de vergüenza, etc.
Cuando la actitud del menor es el silencio, esto se puede deber a su percepción de que lo que le ha ocurrido es algo normal, a que no es capaz de identificar conceptualmente lo que ha sufrido, al recelo que siente por todos los adultos, al miedo a destruir los vínculos familiares en el caso del incesto, etc.
Por otro lado, en ambientes familiares y sociales difíciles, el placer que deriva de los juegos con trasfondo sexual puede ser la única forma de placer que el niño consigue experimentar y es, por tanto, comprensible que se aferre a ella.
Además, es posible que la revelación del abuso por parte del menor se haga de forma enmascarada, esto es, a través de síntomas, y no de palabras, de tipo psicosomáticos y conductuales.
Se distinguen dos tipos de enfoque para abordar el tema de la validez de las declaraciones del menor: el enfoque de los estándares y el enfoque de los indicadores. El primero presta especial atención al proceso a través del cual se va a realizar la entrevista con el menor y a cómo se van a evaluar sus resultados; el segundo, por el contrario, busca relacionar las respuestas emocionales, conductuales o fisiológicas del niño con las de otros con un historia de abusos sexuales ya comprobado.
Para la evaluación de la veracidad de las declaraciones, se está utilizando con preferencia, aunque en una fase de desarrollo y refinamiento, un método conocido con el nombre de «análisis de la validez de la declaración» (statement validity analysis) y su elemento centro llamado «análisis del contenido basado en criterios» (criteria-bases content analysis),
que se centra en las declaraciones realizadas sobre el abuso sexual en sí mismo. Se basa en el supuesto de que las afirmaciones realizadas por un niño sobre sucesos que realmente ha experimentado difieren de manera cuantificable de las afirmaciones falsas o producto de su fantasía, de manera que un análisis de la declaración prestada puede discriminar entre una declaración verdadera o falsa sobre lo sucedido.
Pederastia e Internet
Los pederastas suelen intercambiar información sobre cómo engañar a los padres de un niño, cómo intercambiar pornografía de manera privada y cómo evitar ser descubiertos. Los foros en los que operan son cada vez más cerrados. Los que tienen conocimientos sobre seguridad en Internet los comparten con los demás, de modo que cada vez son más difíciles de localizar, si bien los métodos de la policía son, también, cada vez más sofisticados.
Las imágenes que se suelen ver por Internet proceden de lo que la policía llama «intercambio altruista». Normalmente no son colocadas por organizaciones, sino por los propios pederastas, que muchas veces las obtienen de su entorno familiar (hijos, sobrinos, hijos de vecinos...).
Los policías expertos en Internet han explicado en reiteradas ocasiones que los pedófilos se infiltran a menudo en chats de adolescentes, haciéndose pasar por personas de su misma edad y consiguiendo en algunos casos que lleguen a desnudarse frente a lawebcam. También intentan obtener sus teléfonos para tratar de lograr un contacto real. Lo más usual es que el pedófilo ingrese en un chat, se registre con un apodo y abra una sala de usuario en la que, en apenas media hora, puede intercambiar decenas de fotos y vídeos. Luego la sala desaparece.
De acuerdo con diversos informes policiales, los pederastas empiezan con imágenes más suaves y van derivando hacia imágenes cada vez más duras y con víctimas más jóvenes, lo que les lleva a desear un contacto real que, en muchos casos, se acaba satisfaciendo en el denominado «turismo sexual».

Medidas de control del abuso sexual infantil por Internet

En junio de 2008, tres grandes proveedores de Internet en Estados Unidos, VerizonSprint y Time Warner Cable, llegaron a un acuerdo para bloquear los boletines on line y páginas web a través de las que se distribuyen imágenes de pornografía infantil. Por su parte,Microsoft desarrolló un sofisticado programa para rastrear pederastas en la Red, que fue puesto en práctica por la policía de Toronto(Canadá).
En Reino Unido, la policía creó un portal trampa sobre pedofilia con la intención de cazar a los que busquen este tipo de contenidos en Internet. La página ofrecía indicios de contenido ilegal y luego almacenaba los datos de las personas que intentaban acceder a contenidos más escabrosos. En China, con más de 90 millones de usuarios de Internet, cerca del 50 % de los cuales son menores de 24 años, se ha llegado a restringir el uso de contraseñas para luchar contra las páginas de contenido pedófilo.
En España, en febrero de 2005TerraMSN-MicrosoftYahoo y Wanadoo se unieron en un proyecto para defender los derechos de los menores en la red, en colaboración con el Defensor del menor de la Comunidad de Madrid y varias asociaciones de protección de la infancia. Los proveedores de servicios y contenidos de Internet se comprometieron a retirar las páginas, foros y comunidades virtuales en las que se haga apología de la pedofilia y el delito sexual, o se incite a la anorexia y la bulimia.
Regulación jurídica
Hoy día las relaciones sexuales consentidas entre un adulto y un muchacho pueden ser legales penalmente en cualquier país donde la edad legal para mantener relaciones sexuales consentidas sea más baja que la mayoría de edad (dieciocho años). Sin embargo, si se carece de este consentimiento, se comete un abuso sexual punible. Este marco penal castiga la falta de consentimiento en la práctica sexual y además contempla agravantes y circunstancias modificativas específicas en los casos de minoría de edad.
Puede faltar el consentimiento por tres causas principales: la incapacidad del sujeto pasivo de dar consentimiento válido (en este sentido únicamente cabe contemplar la falta de edad suficiente para otorgar dicho consentimiento), la falta de consentimiento por parte del sujeto pasivo y la emisión de un consentimiento que carezca de validez (generalmente, por engaño doloso suficiente e idóneo).
La mera tendencia sexual (pedofilia) no se encuentra penada en la inmensa mayoría del derecho penal al ser un derecho penal de acto y no un derecho penal de autor. Sin embargo, en algunas conductas determinadas, incluso los códigos penales occidentales contemplan delitos que castigan la mera tendencia.
189.2. El que para su propio uso posea material pornográfico en cuya elaboración se hubieran utilizado menores de edad o incapaces, será castigado con la pena de tres meses a un año de prisión o con multa de seis meses a dos años.
189.7. Será castigado con la pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis meses a dos años el que produjere, vendiere, distribuyere, exhibiere o facilitare por cualquier medio material pornográfico en el que no habiendo sido utilizados directamente menores o incapaces, se emplee su voz o imagen alterada o modificada.
Así, pues, el elemento principal es el consentimiento, y es por ello que se requiere que el adolescente presente una edad mínima exigida por la ley, a fin de poseer el elemento volitivo que otorgue validez a la voluntad del consentimiento.
Por ello, de no tener dicha edad mínima, se consideraría automático abuso sexual infantil y sería tratado como delito, que en la mayoría de los códigos penales no queda contemplado de manera expresa, ya que se encuentra subsumido tácitamente en los delitos de abuso sexual cualificado, agresión sexual cualificada y otros delitos sexuales de carácter heterogéneo, como la exhibición obscena ante menores, la facilitación de pornografía a menores o la tenencia y fabricación de pornografía de menores.
De tener dicha edad, únicamente sería penado si la práctica no fuera consentida o el consentimiento fuera nulo (generalmente por vicio oengaño doloso suficiente e idóneo). Si así fuera, el abuso sexual infantil comprendería los delitos sexuales tipificados por la ley con lascircunstancias modificativas y cualificaciones genéricas y específicas aplicables al caso concreto.
A pesar de estar prohibido por ley en todos los países, el matrimonio de menores sin su consentimiento es una práctica común en algunos países. La Convención sobre los Derechos del Niño de Naciones Unidas considera el casamiento forzado de niñas menores de 18 como una severa violación a los derechos humanos. Cada tres segundos una niña es obligada en el mundo a casarse con un varón de muchísima mayor edad que ella (eso significa unas diez millones por año) condenándolas a la ignorancia (pues abandonan sus estudios) y poniendo en riesgo su salud por una maternidad temprana. Según Unicef, el matrimonio no consentido de una menor de edad es considerado una forma de abuso sexual.

Derecho internacional

También en el ámbito internacional se han desarrollado instrumentos que dentro de la protección general de la niñez hacen especial hincapié en el cuidado frente a los abusos sexuales:
Convención Americana sobre Derechos Humanos
Artículo 19. Todo niño tiene derecho a las medidas de protección que su condición de menor requieren por parte de su familia, de la sociedad y del estado.
Convención Iberoamericana de Derechos de la Juventud
Artículo 11.Derecho a la protección contra el abuso sexual. Los Estados partes adoptarán las medidas que sean necesariaspara evitar que la explotación, el abuso o el turismo sexual o de cualquier otro tipo de violencia o malos tratos de los jóvenes y promoverá la recuperación física, psicológica y económica de las víctimas.
Convención sobre los Derechos del Niño (Naciones Unidas).
Artículo 19 1. Los Estados partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual, mientras el niño se encuentre bajo la custodia de los padres, de un representante legal o de cualquier otra persona que lo tenga a su cargo.
Artículo 34 Los Estados partes se comprometen a proteger al niño contra todas las formas de explotación y abuso sexuales. Con este fin, los Estados partes tomarán, en particular, todas las medidas de carácter nacional, bilateral y multilateral que sean necesarias para impedir:

La incitación o la coacción para que un niño se dedique a cualquier actividad sexual ilegal;
La explotación del niño en la prostitución u otras prácticas sexuales ilegales;
La explotación del niño en espectáculos o materiales pornográficos 
Articulo 36: Los Estados partes protegerán al niño contra todas las demás formas de explotación que sean perjudiciales para cualquier aspecto de su bienestar.
  • Pedofilia
Desde un punto de vista médico, la paidofilia o pedofilia es una parafilia que consiste en que la excitación o el placer sexual se obtienen, principalmente, a través de actividades o fantasías sexuales con niños de, generalmente, entre 8 y 12 años. A la persona que padece pedofilia se le denomina pedófilo, un individuo de, al menos, 16 años que se entretiene sexualmente con menores de 13 y respecto de los que mantiene una diferencia de edad de, por lo menos, cinco años.
La pedofilia es un rasgo multifactorial en la personalidad del que la padece, y se compone de aspectos mentales, institucionales, de actividad, de educación sexual, de violencia, de control de las pulsiones, etc. En este sentido, se suelen distinguir dos tipos de pedofilia, una primaria o esencial, muy arraigada en el sujeto, y otra secundaria (u otras), que aparecería motivada por factores circunstanciales.
Las conductas pedófilas son muy heterogéneas, desde casos casi inofensivos, hasta aquellos en que alcanzan niveles que entran dentro de lo criminal. A la actividad sexual de un pedófilo con un menor de 13 años se lo conoce con el nombre de abuso sexual infantil opederastia (palabra que, etimológicamente, significa lo mismo que pedofilia).
Existen diversas asociaciones de pedófilos que reivindican la pedofilia como una forma más de vivir la sexualidad humana y que, en consecuencia, debe ser aceptada con naturalidad por parte de la sociedad.

Caracterización del pedófilo

La psiquiatría considera la pedofilia como una parafilia.  Los pedófilos, desde esta perspectiva, son sujetos con una orientación libidinosa dirigida primariamente a niños, sin apenas interés por los adultos, y con conductas compulsivas no mediatizadas por situaciones de estrés.
Sin embargo, no hay acuerdo sobre que la pedofilia sea una orientación sexual. Por ejemplo, la Asociación Americana de Psiquiatríano la considera una orientación sexual.
El pedófilo suele ser hombre. Las mujeres pedófilas suelen ser o bien personas con trastornos mentales o bien personas muy solitarias y que viven al margen de la sociedad.
La cuarta edición revisada del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana (American Psychiatric Association) describe con tres rasgos un diagnóstico estándar del pedófilo, basándose en 3022 casos de pedofilia:
experimentación, durante un periodo de al menos 6 meses, de fantasías sexuales intensas o recurrentes, o de impulsos sexuales, o de necesidad de actividad sexual, en donde el objeto de atención es uno o varios niños prepubescentes (generalmente, menores de 13 años);
o bien dichos impulsos solo repercuten en la esfera sexual del individuo, o bien le provocan ansiedad o dificultades interpersonales;
el individuo tiene 16 años o más y ha de ser por lo menos 5 años mayor que el menor por el que muestra su atracción.

La materialización de la pedofilia no presenta una única cara; la atracción erótica que algunos [pedófilos] sienten por los niños no se traduce necesariamente en actos sexuales completos. El pedófilo puede limitarse a desnudar al niño y a mirarlo, a exhibirse, a masturbarse en su presencia, a tocarlo con delicadeza y a acariciarlo. Puede convencer al niño para que a su vez lo toque y así sucesivamente.
Cognitivamente, el pedófilo se caracteriza por no considerar inapropiada su tendencia o conducta, por lo que no suele presentar sentimientos de culpa o vergüenza; en ocasiones, incluso, apelan a la seducción del menor como causa de la misma o a que su comportamiento se puede entender como una forma de educación sexual de los menores.
La personalidad del pedófilo es polimorfa. Se pueden distinguir dos grandes tipos de pedófilos: los primarios y los secundarios o situacionales:
Los primarios muestran una inclinación sexual casi exclusiva por los niños y su conducta compulsiva es independiente de su situación personal. Se trata, clínicamente, de pedófilos en un sentido estricto del término que presentan unas distorsiones cognitivas específicas: consideran su conducta sexual como apropiada (no se siente culpables ni avergonzados), planifican sus acciones, pueden llegar a atribuir su conducta a un efecto de la seducción por parte del menor o pueden justificarla como un modo de educación sexual para este.
En cuanto a los secundarios o situacionales, estos se caracterizan porque su conducta viene inducida por una situación de soledad o estrés (en estos casos, la experimentación de relaciones sexuales con menores suele ser un medio de compensar la baja autestima o de liberarse de cierta hostilidad). No son estrictamente pedófilos, en tanto que su inclinación natural es hacia los adultos, con los que mantienen normalmente relaciones problemáticas (impotencia ocasional, tensión de pareja...); solo recurren excepcionalmente a los niños y lo hacen de forma compulsiva, percibiendo su conducta como anómala y sintiendo posteriormente culpa y vergüenza.
Otra clasificación  distingue tres categorías principales de pedófilos:
los ansiosos-resistentes, caracterizados por su escasa autoestima que les lleva a buscar constantemente la aprobación de los demás; dado que no consiguen establecer relaciones emocionales con los adultos, se centran en los niños, con los que aumenta su seguridad. En principio, su relación no es sexual, pero la dependencia afectiva puede generarla.
los evitadores-temerosos, caracterizados por su gran deseo de contacto con lo adultos pero a los que el miedo al rechazo los paraliza. Se centran entonces en los menores y su actitud es poco empática y tienden al uso de la fuerza.
los evitadores-desvalorizadores, caracterizados como obsesionados con la independencia y la autonomía emocional; buscan relaciones fugaces e impersonales en las que no es infrecuente el comportamiento coercitivo violento o sádico.

Necesidades emotivas de los pedófilos

La casuística clínica ha evidenciado el tipo de necesidades emotivas que la práctica pedófila puede satisfacer en los afectados:
en primer lugar, se trata de casi el único modo de alcanzar para ellos la excitación sexual;
en segundo lugar, les permite sentirse poderosos a través del control ejercido sobre el menor, algo más complicado que si se tratase de adultos;
en tercer lugar, y como consecuencia de lo anterior, les sirve para aumentar su autoestima;
en cuarto lugar, al repetir escenas traumáticas vividas por ellos (en los casos en los que se hayan dado), el contacto pedófilo les permite superar sus propios traumas personales y tomarse una especie de revancha al situarse ahora ellos en la posición dominante;
en quinto lugar, todo el proceso de su relación con menores consigue para el pedófilo consolar sus privaciones de competencia social o de cohibición en la relación con los adultos; se trata, pues, no solo de algo relacionado con su vida sexual sino con la propia realización como persona. En este sentido, en determinados casos en que la relación entre el pedófilo y el menor se prolonga en el tiempo, puede haber por parte del adulto un enamoramiento real con esa persona a la que él considera como su joven pareja, sobre todo cuando esta se halla en la edad de paso entre la infancia y la pubertad.

Causas

No existe consenso entre los especialistas respecto del origen de la pedofilia.
Con todo, según muchos psicólogos y psiquiatras, los pedófilos tendrían una personalidad inmadura, problemas de relación o sentimientos de inferioridad que no les permitirían mantener una relación amorosa adulta e "igualitaria": individuos con trastornos narcisistas y frágil autoestima se concentran en los niños porque pueden controlarlos y dominarlos y, con ellos, no tienen sentimientos de inadecuación.
Algunos especialistas sugieren que el origen de esta tendencia anómala puede estar relacionado con el aprendizaje de actitudes extremas negativas hacia la sexualidad o con el abuso sexual sufrido en la infancia, así como con sentimientos de inferioridad o con la incapacidad para establecer relaciones sociales y sexuales normales.
Otros autores consideran que la pedofilia deviene de una experimentación permanente del propio periodo infantil por parte del individuo, idealizando el cuerpo y la belleza de esa etapa y tratando además de evocar el tratamiento que en relación con estos aspectos recibieron de pequeños. En consecuencia, el erotismo con los niños puede comportar (...) la fantasía inconsciente de fusión con un objeto ideal, la reestructuración con un ego joven e idealizado.
A todo esto se añade que los pedófilos encuentran también placer en la intrínseca transgresión que supone su tendencia y actos, y en las actividades que realizan para llevar a cabo sus contactos con menores: localización, planificación, seguimiento, aproximaciones, etc.
Igualmente, se aduce la posibilidad de la existencia de trastornos de personalidad como factores importantes: deficiencias en el control de los impulsos y en la imagen personal, tanto por una educación sexual negativa y culpabilizadora como por unos modelos familiares no adecuados.

Tratamiento del pedófilo

Las terapias dirigidas a los pedófilos son, por lo general, las mismas que se emplean con los pacientes que presentan parafilias, es decir, tratamientos de carácter psicológico y farmacológico. Desde el punto de vista psicológico, algunos estiman útil una aproximación analítica, es decir, la exploración del inconsciente para comprender por qué se ha creado en la infancia y luego ha arraigado esta inclinación sexual. Otros, en cambio, prefieren trabajar sobre el síntoma a través de una terapia conductual, cuyo objeto es inducir un cambio en los gustos y costumbres. Algunos otros consideran verdaderamente eficaces sólo las terapias a base de fármacos.

El tratamiento farmacológico  tiende bien a intentar reducir el impulso sexual durante el periodo de administración del mismo, bien a reorientar este impulso hacia formas aceptables.
Dado que en muchas ocasiones el pedófilo está obsesionado por su inclinación, en el sentido de pensar y elaborar continuamente estrategias para conseguir sus contactos con los menores, se piensa que puede ser productivo para él un periodo largo de calma y reflexión, esencial, precisamente, para revisar sus costumbres, modos de pensar, etc.
El principal problema que presenta el tratamiento de los pedófilos es que estos no suelen colaborar. Son una minoría los que aceptan ser tratados y muchos de ellos no se consideran a sí mismos ni enfermos ni anormales, llegando incluso a reivindicar, tanto privada como públicamente, la legitimidad de sus aproximaciones a menores sobre la base de que solo pueden considerarse como abusos cuando media la violencia física. Es frecuente, también, el que apelen a que el menor tiene capacidad suficiente para demostrar si algo le agrada o no, o a que sus acciones son consecuencia de las actitudes seductoras del menor. La negación de la problemática es una de las principales características de estos individuos.
  • Efebofilia

La efebofilia, también conocida como hebefilia, es la condición en la cual personas adultas experimentan atracción sexual hacia adolescentes que ya han pasado la etapa de la pubertad.
La atracción hacia adolescentes femeninas cuyo físico corresponde más bien al de una preadolescente (niña, puberta o prepuberta) es conocido como complejo de Lolita. Por definición, estos términos no son sinónimos de pedofilia. No obstante, en los países occidentales se ha usado con frecuencia la palabra pedofilia para referirse a la efebofilia cuando ésta es ilegal, o sea, para referirse a la atracción sexual hacia cualquier persona cuya edad sea menor a la edad de consentimiento sexual.
Debido a que cada cultura y estado define una edad de consentimiento sexual mínima diferente, la ilegalidad del término varía. Por ejemplo, en diferentes naciones musulmanas es aceptado a veces el matrimonio entre adolescentes o entre adultos y adolescentes.
Debido a que de país en país varían las normas para establecer la edad mínima legal en que un adolescente puede sostener relaciones sexuales voluntariamente con un adulto, la efebofilia no es un concepto estandarizado, así por ejemplo, en Argentina España los 13 años son la edad mínima para la mayoría sexual, mientras en Costa Rica los 15 años, y en México depende de la ley estatal. Además, algunos países establecen edades de consentimiento diferentes para las relaciones heterosexuales y para las homosexuales.
En Estados Unidos la edad de consentimiento varía, dependiendo de los Estados, entre los 16 y los 18 años.
Aún en las jurisdicciones donde es ilegal sostener relaciones sexuales con menores de 18 años si el concepto de adolescencia de Erikson se considera correcto, abarcando la adolescencia entre los 12 y los 21 años, aún en estos lugares sería legal sostener relaciones sexuales con adolescentes en su etapa más tardía (18 a 21 años) o post-tardía (21 a 24 años)
En síntesis la efebofilia no es ilegal en casi ningún país del mundo, aunque es regulada según leyes locales. Mientras que la terapeutaKaren Franklin considera que la efebofilia es una preferencia sexual natural y que una gran mayoría de hombres adultos sienten atracción por mujeres adolescentes, (por lo general menores de 25 años) por lo que no puede ser equiparado con la pedofilia, que es claramente un trastorno sexual, otros como Ray Blanchard consideran que la efebofilia debería incluirse dentro de los trastornos sexuales en el DSM-V

  • Infantofilia
La infantofilia es la condición en la cual personas adultas experimentan atracción sexual hacia niños de entre 0 y 5 años.
Regulación jurídica
La mayor parte de los países conservan un derecho penal de acto por lo que se castiga la pederastia, es decir, el acto de abusar sexualmente de un menor, y no la mera tendencia sexual pedófila. Por ello, un acto de abuso sexual infantil no es calificado como pedofilia por las leyes. Sin embargo, en algunos códigos penales sí se contemplan delitos que castigan dicha conducta.
189.2. El que para su propio uso posea material pornográfico en cuya elaboración se hubieran utilizado menores de edad o incapaces, será castigado con la pena de tres meses a un año de prisión o con multa de seis meses a dos años.
189.7. Será castigado con la pena de prisión de tres meses a un año o multa de seis meses a dos años el que produjere, vendiere, distribuyere, exhibiere o facilitare por cualquier medio material pornográfico en el que no habiendo sido utilizados directamente menores o incapaces, se emplee su voz o imagen alterada o modificada.
Pese a lo anterior, es frecuente que algunos periódicos y otros medios hagan uso de términos como «acusado de pedofilia» o «pedófilo convicto» en referencia a individuos acusados o convictos por abuso sexual infantil e incluso otros términos como «pedófilo en serie». Sin embargo, pederastia se utiliza de forma preferente en el sentido de delito, y menos frecuentemente como enfermedad; en la prensa se habla de «delitos de pederastia», «condenado a 40 años por pederastia», «acusado de pederastia» y «red de pederastia». Esta preferencia de emplear pedofilia para referirse a la atracción sexual o la enfermedad puede deberse al hecho de que este término es actualmente el más utilizado en psiquiatría para designar el trastorno mental y, por influencia médica, es la palabra escogida por los periodistas para hablar en términos psiquiátricos.
El Código penal argentino es conteste con las legislaciones que reprimen los actos de pedofilia y en su artículo 119 describe con precisión la conducta pedófila:
Art. 119.- Será reprimido con reclusión o prisión de seis meses a cuatro años el que abusare sexualmente de persona de uno u otro sexo, cuando ésta fuera menor de trece años o cuando mediare violencia, amenaza, abuso coactivo o intimidatorio de una relación de dependencia, de autoridad, o de poder, o aprovechándose de que la víctima por cualquier causa no haya podido consentir libremente la acción.
Y continúa:
La pena será de cuatro a diez años de reclusión o prisión cuando el abuso, por su duración o circunstancias de su realización, hubiere configurado un sometimiento sexual gravemente ultrajante para la víctima.
a)La pena será de seis a quince años de reclusión o prisión cuando mediando las circunstancias del primer párrafo hubiere acceso carnal por cualquier vía.- En los supuestos de los dos párrafos anteriores, la pena será de ocho a veinte años de reclusión o prisión si: a) Resultare un grave daño en la salud física o mental de la víctima,
 b) El hecho fuere cometido por ascendiente, descendiente, afín en línea recta, hermano, tutor, curador, ministro de algún culto reconocido o no, encargado de la educación o de la guardia
c) El autor tuviere conocimiento de ser portador de una enfermedad de transmisión sexual grave, y hubiere existido peligro de contagio
 d) El hecho fuere cometido por dos o más personas, o con armas.
 e) El hecho fuere cometido por personal perteneciente a las fuerzas policiales o de seguridad, en ocasión de sus funciones.
 f) El hecho fuere cometido contra un menor de dieciocho años, aprovechando la situación de convivencia preexistente con el mismo.-
En el supuesto del primer párrafo, la pena será de tres a diez años de reclusión o prisión si concurren las circunstancias de los incisos a), b), d), e), ó f).
Pedofilia y activismo
Alrededor de la década del '60 surgieron organizaciones y ONG de activismo pedófilo diversas. Algunas de ellas sostienen entre otras cosas que es necesario una disminución (o abolición) de la edad de consentimiento sexual, o la legalización de la posesión de pornografía infantil.
Otras organizaciones pedófilas, en cambio, rechazan estos reclamos y proponen el reconocimiento de la diferencia existente entre pedofilia (atracción involuntaria hacia niños) y abuso sexual infantil, la existencia de pedófilos que no abusan ni desean abusar de niños, y la carencia de ayuda social para aquellos que no busca relaciones sexuales con menores

  • Prostitucion infantil
La prostitución infantil es una realidad social y un delito consistente en la realización de actos sexuales entre un menor de edad y otra persona mayor edad a cambio de bienes materiales, económicos o de cualquier otro beneficio.
La prostitución infantil suele abundar en países, regiones, estados, provincias, más pobres. Cuando hay abuso sexual de niños, en este último quizá no se pueda considerar como prostitución ya que en el caso del abuso sexual el abusado (víctima) no recibe ningún tipo de pago. Cuando se presta el servicio sexual por un infante a cambio de un pago se habla de prostitución infantil
La prostitución infantil está prohibida en la gran mayoría de los países.
La prostitución infantil se daría principalmente por la pobreza extrema en algunas zonas de países desarrollados, y en países subdesarrollados.
Investigaciones llevadas en la Universidad de Guadalajara demostraron que, en México, la prostitución infantil es un grave problema del cual no se escucha mucho, un sin número de mafias están detrás del "negocio". Los consumidores, generalmente, son países ricos y los proveedores son países pobres.
La investigación demuestra que hay muchos factores que obligan a los menores de edad a prostituirse. Se demuestra que la mayoría de estos son las necesidades económicas en el hogar, la huida de casa y la búsqueda de auto sustento, la drogadicción, la explotación por parte de un proxeneta. Las consecuencias que este abuso puede traer a los niños son: drogadicción, suicidio, asesinatos, depresión, alcoholismo. Las víctimas de este abuso además de ser prostituidas son vendidas en el exterior.
Otro tema de Prostitución infantil, del que poco se conoce, es la explotación infantil vía internet. Dentro de la llamada Internet profunda oDeep Web en inglés. Dichos sitios están codificados y protegidos pera no ser identificados en ningún buscador.

Distribución
TailandiaCamboyaIndiaBrasil y México se han identificado como principales focos de explotación sexual infantil.
Prostitución infantil en Andorra
Prostitución infantil en España
Prostitución infantil en Francia
Prostitución infantil en Irlanda
Prostitución infantil en Islandia
Prostitución infantil en Malta
Prostitución infantil en Marruecos
Prostitución infantil en Portugal
Prostitución infantil en Reino Unido

Tipos:
Prostitución infantil masculina
Prostitución infantil femenina
  • Pornografia infantil.

Se denomina pornografía infantil a toda representación de menores de edad de cualquier sexo en conductas sexualmente explícitas. Puede tratarse de representaciones visuales, descriptivas, como por ejemplo en ficción, o incluso sonoras.
El acceso a contenidos pornográficos en general ha evolucionado los distintos medios; literaturafotografíavideocineDVD, dibujos de animación y en los últimos años Internet. Internet ha permitido detectar y perseguir a productores y distribuidores de contenidos ilegales que durante décadas habían operado impunemente pero también ha facilitado enormemente el acceso a este tipo de pornografía. 
El NCMEC (National Center for Missing & Exploited Children) estima que alrededor del 20% de toda la pornografía en Internet contiene imágenes de niños.

  • Casos de abuso sexual infantil cometidos por miembros de la Iglesia católica
Los casos de abuso sexual cometidos por miembros del clero de la Iglesia católica hacen referencia a una serie de condenas, juicios e investigaciones sobre casos y crímenes de abuso sexual infantil cometidos por sacerdotes y miembros del clero católico en contra de menores de edad, que van desde los 3 años, e involucran, en la mayoría de los casos, a niños de entre 11 y 14 años de edad. Estos crímenes pueden incluir sexo anal y/o penetración oral. Los casos han sido documentados y denunciados ante las autoridades civiles de varios países, resultando en la persecución de los pederastas y demandas civiles contra las diócesis de la Iglesia Católica. Muchos de los casos salen a la luz pública varias décadas después de los hechos. Las demandas ante las autoridades han sido hechas también contra la jerarquía católica, quien en muchas ocasiones obstaculiza las investigaciones, además de no reportar y de hecho encubrir a los sacerdotes pederastas, moviéndolos de parroquias para evitar su detención y juicio.
A partir de la segunda mitad del siglo XX se ha incrementado el número de denuncias por abuso sexual infantil en todas sus variedades por parte de religiosos católicos romanos. En los últimos años, han cobrado relevancia los casos de IrlandaEstados Unidos y Alemania, donde las autoridades locales han encontrado culpables a sacerdotes católicos de cientos de acusaciones de pedofilia.3 El escándalo ha alcanzado a congregaciones como la Legión de Cristo; ocasionó la renuncia de los obispos irlandeses de CloyneJohn Magee, y de la diócesis de Kildare y Leighlin, James Moriarty, quienes reconocieron haber sido negligentes ante las denuncias de pedofilia por sacerdotes en sus diócesis; y ha llevado a la cárcel a varios sacerdotes católicos romanos. En abril de 2010, Roger Joseph Vangheluwedimitió como obispo de Brujas por haber abusado sexualmente de un joven cuando era sacerdote y al comienzo de su episcopado.Organizaciones de víctimas de pedofilia han señalado que los papas Juan Pablo II y Benedicto XVI tienen algún grado de responsabilidad al haber encubierto abusos, o bien omitido las denuncias.
El Vaticano, por la voz de Benedicto XVI, ha condenado la pedofilia y reconocido los casos que han llevado al escándalo por esta causa en los últimos años de la primera década del siglo XXI. A través de un comunicado dirigido a los católicos de Irlanda, el máximo jerarca católico ha reconocido la actuación "insuficiente" del Vaticano hacia los casos de pedofilia denunciados y reconoció que se trató de actos criminales que dañaron a las víctimas y han dañado la imagen de la Iglesia en el mundo; actos por los cuales los sacerdotes "deberán responder —dijo el papa— ante Dios y los tribunales debidamente constituidos".
El papa Benedicto XVI ha reconocido públicamente los casos de pedofilia cometidos por sacerdotes, ha pedido perdón a las víctimas y sostenido que los culpables deben responder ante los tribunales. Ratzinger también inició un proceso contra Marcial Maciel por acusaciones de pedofilia. En el 2006, cuando Ratzinger ya era papa, anunció el cierre de la investigación sobre Maciel debido a su avanzada edad y quebrantada salud, ordenándole el retiro del sacerdocio público para consagrarse a una vida de «oración y penitencia».

Argentina

La Iglesia argentina ha tenido entre 2004 y 2009 al menos cuatro sacerdotes condenados por abuso de menores.
Cronología
El sacerdote Luis Sierra (39) fue condenado en noviembre de 2004 a ocho años de prisión por abusar sexualmente de tres monaguillos que asistían como alumnos a un colegio religioso de Claypole, donde él enseñaba.
En noviembre de 2007, la Justicia condenó al sacerdote Mario Napoleón Sasso a 17 años de prisión porque consideró que había abusado sexualmente de un grupo de niñas de entre 11 y 14 años que concurrían al comedor comunitario de Pilar que estaba a su cargo, en la localidad de Pilar.
En junio de 2009 fue condenado el padre Julio César Grassi, fundador de la Fundación Felices los Niños, a 15 años de cárcel por abuso sexual y corrupción de menores agravada  pero no fue preso. A pesar de que la condena fue confirmada en setiembre de 2010 por el tribunal de Casación el padre continúa libre viviendo en la Fundación y dando misa. Recién en diciembre de 2013 Grassi es encarcelado y cumple condena en el pabellón 6 de la Unidad Penitenciaria Nº 41 de Campana, provincia de Buenos Aires a la espera de que se evalúe la posible incorporación más testimonios a la causa que podrían aumentar la pena. Cuando queda preso el obispado decide iniciarle un juicio canónico.
A finales de 2009 el monseñor Edgardo Storni, exarzobispo de la provincia de Santa Fe, fue condenado a ocho años de prisión por abusar sexualmente a un seminarista en 1992. La denuncia a Storni fue interpuesta diez años después de que ocurrieran los hechos, después de que en el 2000 la periodista Olga Wornat denunciase los abusos de Storni en su libro Nuestra Santa Madre.

Chile

En octubre de 2002 y luego de denuncias periodísticas sobre abusos sexuales a niños y jóvenes que se habrían extendido por más de 10 años, renunció a toda actividad pastoral el arzobispo emérito de La Serena Francisco José Cox. El arzobispo de Santiago,Francisco Javier Errázuriz, anunció el 31 de octubre del 2002 la salida del religioso por "conductas impropias" y su reclusión en un monasterio en Alemania. El 5 de noviembre de 2002 el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile pidió perdón a todos las personas dañadas.
En junio de 2003, fue condenado en primera instancia José Andrés Aguirre Ovalle, mejor conocido como el "Cura Tato", a 12 años de cárcel como autor de violación, abusos deshonestos reiterados y estupro contra nueve jóvenes entre 1998 y 2002. Sin embargo, a mediados de noviembre de 2012 su solicitud de rebaja de pena fue aceptada,siendo liberado el 26 de ese mes, tras haber cumplido poco más de 9 años en prisión.
En enero de 2010, una investigación desarrollada por el Ministerio Público, acreditó que el entonces sacerdote de la iglesia de Melipilla,Ricardo Alberto Muñoz Quintero, explotó sexualmente y de manera reiterada a 5 adolescentes, además de abusar sexualmente de una de sus dos hijas cuando ejercía en en Curacaví. Muñoz además está acusado de producir material pornográfico infantil, obtenido de los mismos ilícitos.
En febrero del 2011 el sacerdote Fernando Karadima, expárroco de la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, tras una investigación de laSanta Sede fue declarado culpable de abuso sexual con violencia contra menores, por lo que sentenció a una vida de penitencia y oración en absoluta reclusión.
En abril de 2011, la Conferencia Episcopal de Chile presentó un Protocolo ante Denuncias contra Clérigos por Abusos de Menores, y anunció la formación de un Consejo que se encargaría de dirigir políticas de prevención de abusos sexuales, y de ofrecer ayuda a las víctimas.

Colombia

En el 2010 fue capturado un clérigo que recibió una condena de 18 años y 4 meses por violar a dos niños de siete y nueve años en elTolima. El clérigo había huido de la justicia por casi tres años. En julio de ese mismo año capturaron un sacerdote llamado William de Jesús Mazo Pérez, quien violó al menos tres menores de edad al oriente de Cali. En un programa periodístico del país se publicó un informe de un sacerdote que era representante de una fundación para niños, acusado de abuso sexual por parte de una profesora del la fundación, a varios menores de edad. Éste pesar de las denuncias, nunca fue procesado judicialmente, pero el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar le impidió seguir con la fundación. En este mismo informe se presenta a un sacerdote, vicerrector de un colegio del sur de Bogotá, sobre quien el programa tenía un vídeo en el cual éste abusaba sexualmente de un menor de edad practicándole sexo oral. El video fue grabado por alumnos del colegio quienes lo entregaron a un miembro de la policía nacional. Sin embargo, pese a estas denuncias el sacerdote solo fue trasladado a otra diosésis. El caso de este sacerdote que se pone al descubierto, es solo uno más de varios casos que se han presentado en Colombia.

España

Una investigación realizada en 1995 por el catedrático de la Universidad de Salamanca Félix López Sánchez y publicada por el Ministerio de Asuntos Sociales de España, determina que del total de españoles que han sufrido abusos sexuales siendo menores, el 10 % asegura que fue abusado por un sacerdote católico.
En un estudio publicado en 1995 sobre el comportamiento sexual del clero en España, el periodista y escritor José Rodríguez, conocido por ser muy crítico con la Iglesia, trabajando con una base de datos amplia (ver la metodología de la investigación en la sección temática “Sexualidad del clero” de su sitio) y estadísticas en las que constan pruebas del historial sexual de casi 400 sacerdotes actualmente en activo, se documentó que entre los sacerdotes en activo, un 7 % comete abusos sexuales graves con menores.

Estados Unidos

Uno de los países en donde ha habido una mayor cubertura internacional de estos casos ha sido Estados Unidos en donde algunasdiócesis han tenido que pagar cuantiosas sumas en indemnizaciones a las víctimas. Según un estudio de la Junta Nacional de Revisión (National Review Board), un total de 4392 sacerdotes fueron acusados del abuso sexual de 10.667 menores entre 1950 y 2002. De ese total, aproximadamente 6700 casos presentaron suficientes pruebas, otros 3300 no fueron investigados porque los sacerdotes ya habían fallecido y otros 1.000 no presentaron pruebas fiables para justificar una investigación, según un comunicado divulgado por la diócesis de Yakima, en el estado de Washington. "De más de 5000 sacerdotes que sirvieron en la archidiócesis de Los Ángeles entre 1930 y 2003, 113 fueron acusados de abuso, según el Informe Oficial del Pueblo de Dios de la archidiócesis de Los Ángeles, publicado en febrero de 2004. Del total de sacerdotes acusados 43 ya murieron, 54 ya no son sacerdotes y 16 permanecían en el ministerio. Del último grupo, en 12 casos no se encontraron pruebas suficientes para declarar abuso y solo cuatro han sido suspendidos y enfrentan juicios".
Uno de los informes indicó que los costes relacionados con estos problemas superaron los 570 millones de dólares en concepto de gastos legales, indemnizaciones, terapia para las víctimas y tratamiento para los infractores. Esa cifra no incluye los 85 millones de dólares que pagó la arquidiócesis de Boston para resolver algunas de las demandas presentadas por las víctimas. La archidiócesis de Boston (Massachusetts), la cuarta diócesis católica más grande de EE.UU y en donde comenzó la avalancha de escándalos, anunció a finales de mayo de 2005 el cierre de 65 de las 357 parroquias de su jurisdicción.
Ante la avalancha de condenas, muchas de las cuales individúan a la Iglesia Católica, la Liga Católica de los Estados Unidos argumenta que las estadísticas de abuso sexual en la misma son similares a las que existen en otras instituciones: por ejemplo, en las escuelas públicas de ese país, se calcula que un 5 % de todos los profesores son responsables de abusar sexualmente un 15 % del número total de estudiantes. En una encuesta oficial realizada en el 2003 se reveló que un 6,7 % de los estudiantes de Estados Unidos habían padecido una mala conducta sexual por parte de su profesor, que incluso llegaba al punto del contacto físico. Otro informe del Departamento de Educación de los Estados Unidos publicado en el 2004 encontró que entre el 3,5 % y 5,03 % de los estudiantes son objeto de conducta sexual inapropiada por parte de sus educadores en algún momento durante su carrera estudiantil. Se descubrió que los profesores, entrenadores y profesores sustitutos eran los que más incurrían en el delito.
Un estudio realizado, por investigadores del College John Jay de Justicia Criminal de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, que examinó las causas y el contexto de la crisis de abusos sexuales del clero en la Iglesia Católica de EE.UU., concluyó que no había una sola causa o factor de predicción de abuso sexual por parte del clero católico. El informe añadió que los factores situacionales y la oportunidad de abusar desempeñaron un papel importante en el inicio y continuación de los actos abusivos. El estudio se realizó en cinco años y fue publicado en 2011. El aumento de la frecuencia de los abusos en los años 1960 y 1970 fue consistente con los patrones de desviación en la sociedad durante ese tiempo. Las influencias sociales se añadieron a las vulnerabilidades de los sacerdotes individuales cuya preparación para una vida de celibato era insuficiente en ese tiempo. Ni el celibato ni la homosexualidad fueron las causas de los abusos.
Cronología
En 1985 el abuso sexual por parte de sacerdotes se convierte en una cuestión nacional por primera vez en Estados Unidos cuando el párroco de Luisiana, Gilbert Gauthe es encontrado culpable de once casos de abuso sexual a menores.
En 1993 se dio primer caso de condena legal contra la diócesis de Dallas en cuestión de abuso a niños por parte del sacerdote Rudolph Kos. La diócesis se ve obligada a pagar más de 31 millones de dólares a las víctimas del párroco.
A comienzos del 2002, el diario Boston Globe publicó una serie de reportajes desentramando los abusos sexuales cometidos por cinco sacerdotes de ese estado, lanzando a la luz pública la cuestión de los abusos sexuales de la Iglesia a menores de edad. En diciembre de ese mismo año, el cardenal Bernad Law a cargo de la diócesis de Boston dimite.
En febrero de 2004, una investigación encargada por la Iglesia revela que más de 4000 sacerdotes en Estados Unidos se han visto envueltos en acusaciones de abusos sexuales en los últimos 50 años implicando a más de 10.000 niños, la mayoría chicos.
El 17 de noviembre de 2005, el Capitán de Corbeta Kenneth J. Whitwell, presentó una demanda por abuso sexual en contra de: Archmere Academy, Inc., el Padre Edward Joseph Smith, O.Praem y la Arquidiócesis Católica de Wilmington. En dicho caso, el sacerdote Norbertino Edward Joseph Smith, O.Praem no fue ha prisión, pero una decisión del tribunal indicó un pago de $ 41,000,000 USD[2] A causa del abuso cometido por el sacerdote Católico Edward Joseph Smith, O.Praem durante 33 meses consecutivos.
El 25 de marzo de 2010 el diario estadounidense The New York Times publica una colección de documentos que supuestamente muestran que el Cardenal Joseph Ratzinger no respondió a más de 200 quejas de abuso sexual contra Lawrence Murphy, quien trabajó en una escuela católica para niños sordos en Wisconsin entre 1950 y 1974. La Iglesia rechazó la denuncia.
Algunas de las víctimas del padre Murphy denunciaron estos abusos a las autoridades civiles, que abrieron una investigación en ese momento; sin embargo, esa investigación se cerró. La Congregación para la doctrina de la fe solo fue informada sobre el asunto veinte años más tarde. Considerando el hecho de que el padre Murphy era anciano y se encontraba en malas condiciones de salud, que vivía retirado y que desde hacía más de veinte años no se habían presentado acusaciones de nuevos abusos, la Congregación para la doctrina de la fe sugirió que el arzobispo de Milwaukee estudiara la manera de afrontar la situación, por ejemplo, restringiendo el ministerio público del padre Murphy y pidiéndole que asumiera toda la responsabilidad por la gravedad de sus acciones. El padre Murphy murió aproximadamente cuatro meses más tarde, sin más incidentes.
El 9 de abril de 2010 la agencia de noticias Associated Press publica una carta en la que se asegura que Cardenal Joseph Ratzinger se resistió a apartar del sacerdocio al cura estadounidense Stephen Kiesle, acusado de pedofilia. El Vaticano dice que "no es extraño que haya documentos aislados con la firma del cardenal (Joseph) Ratzinger" y que la carta está sacada de contexto.

México


Los casos de abuso sexual contra menores de edad por parte de sacerdotes católicos en México han sido denunciados desde hace décadas, aunque han sido pocos los que han llegado a ser confirmados. En el 2002 la Iglesia fue acusada de cubrir los casos de abuso e incluso de pagar dinero para comprar el silencio de las víctimas.

En este país cobra importancia particular el caso de Marcial Maciel, fundador de la Legión de Cristo. Maciel murió en 2008, entre acusaciones de abuso sexual contra varios seminaristas y niños y la exigencia por parte de las víctimas de que pidiera perdón.60 Uno de los acusadores de Maciel fue el ex rector de la Universidad AnáhuacJuan Manuel Fernández Amenábar, cuyo caso fue ha dado a conocer por Alberto Athié Gallo. En 1997 nueve ex legionarios enviaron una carta pública a Juan Pablo II donde denunciaron abusos sexuales por parte de Maciel.Las acusaciones en contra de Maciel fueron negadas durante años por parte de la Legión de Cristo, que finalmente reconoció públicamente los crímenes realizados por su fundador.

En 2010, la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual por Sacerdotes (SNAP, por sus siglas en inglés) dio a conocer una lista de 65 sacerdotes acusados en Estados Unidos de abuso sexual. Dichos sacerdotes se encuentran en varias diócesis de México, algunos de ellos en activo. SNAP también ha presentado acusaciones contra Norberto Rivera Carrera, arzobispo de México, al que acusan de haberse coludido con Roger Mahony para proteger a varios de estos sacerdotes, pero particularmente en el caso de Nicolás Aguilar Rivera, procesado en Tehuacán(Puebla) por abuso sexual contra por lo menos sesenta niños. Las quejas contra Rivera Carrera han llegado a los tribunales estadounidenses, la primera de ellas fue desechada porque el tribunal consideró que la materia de la demanda estaba fuera de su jurisdicción. La cuarta demanda contra el prelado mexicano fue presentada por SNAP ante un tribunal federal estadounidense en Los Ángeles (California). El acto fue minimizado por la Arquidiocesis Primada de México, que calificó la denuncia como "calumniosa", "engaño mediático" y "oportunista".

Nicolás Aguilar Rivera que fue denunciado por 4 niños en 1997, en TehuacánPuebla. Hay registros de que el sacerdote pedófilo fue transferido por la arquidiósesis presidida por Norberto Rivera a Estados Unidos, hasta la fecha Aguilar continua prófugo, es sospechoso de alrededor de 60 violaciones contra niños en Puebla y 26 violaciones más cometidas en Los ÁngelesCalifornia. Aguilar Rivera tubo un periodo de actividad como pederasta que abarcó de 1986 a 1997, según denuncian las víctimas bajo el conocimiento de Norberto Rivera Carrera.

En 2012, Manuel Ramírez García sacerdote de San PedroNuevo León, Fue acusado por 13 niños de abusar sexualmente de ellos.71Los niños eran estudiantes de 5º grado de primaria en el "Colegio de Guadalupe", según sus propias declaraciones el sacerdote los tocó

Irlanda




En octubre de 2005 una investigación del Gobierno irlandés en una diocésis del condado de Wexford revela más de cien casos de abuso sexual a menores por parte de miembros de la Iglesia Católica. El informe Ferns contaba con más de 271 páginas de extensión en las que se hacían alegaciones contra 21 de los sacerdotes que habían estado trabajando en la diócesis entre 1966 y 2002.

El 20 de mayo de 2009 se publica la Comisión Investigadora de Abusos de los Niños en Irlanda (conocida comúnmente como "Comisión Ryan") que reúne, tras casi 10 años de investigación, más de 2000 testimonios que relatan abusos físicos y sexuales por parte de responsables de internados controlados por órdenes religiosas católicas. Este es uno de los los mayores casos de reconocimiento de los abusos sexuales de la Iglesia Católica en una investigación que abarca más de 35.000 niños en un período de 86 años (de 1914 a 2000). Los datos de escuelas, reformatorios y orfanatos en este periodo, recogen 253 acusaciones de abusos sexuales a chicos y 128 a chicas. No todas están atribuidas a sacerdotes, religiosos o religiosas; son casos de diversa naturaleza y gravedad, rara vez referidos a impúberes.

En diciembre de 2009 se publica otro informe llevado a cabo por la comisión de investigación de la archidiócesis de Dublín que se conoce communmente como el "Informe Murphy".La comisión identificó 320 personas abusadas desde 1974 a 2004; y otras 120 desde 2004 a 2009.

Ante los resultados de las investigaciones, en diciembre de 2009 cuatro obispos dimiten y toda la jerarquía de la Iglesia católica en Irlanda rinde cuentas ante el papa. Los obispos que presentan su dimisión son Donal Murray (Obispo de Limerick), James Moriarty (Obispo de Kildare y de Leighlin), Raymond Field (Obispo titular de "Árd Mór"), Eamonn Walsh (Obispo titular de "Elmhama".

El 16 de marzo de 2010 se hace público que el máximo responsable de la jerarquía católica en Irlanda, el Cardenal Sean Brady, estuvo presente en reuniones en 1975 en las que niños víctimas de abusos firmaron juramentos de silencio sobre las quejas contra el cura pedófilo Brendan Smyth.La Conferencia Episcopal de Irlanda, como luego hicieron público L'Osservatore Romano y Radio Vaticana, aclararon que el padre Brady participó en esa investigación, asistiendo a la entrevista de dos víctimas, y transmitió los resultados a sus superiores.

El 19 de marzo de 2010, Benedicto XVI escribe una carta a los católicos de Irlanda. Es quizá el documento más extenso e importante en el que el papa trata este tema. Como anunciaba en esa carta, en mayo de 2010 nombró a cinco arzobispos y cuatro religiosos para llevar a cabo una inspección. En marzo de 2012 se presentó un sumario con los resultados de la visita.

El 22 de abril de 2010 el papa Benedicto XVI acepta la renuncia de James Moriarty, obispo de Kildare y Leighlin, en Irlanda, que fue obispo auxiliar en Dublín entre 1991 y 2002. Moriarty afirmó que renunciaba porque “debería haber desafiado la cultura predominante”, aunque no era acusado directamente en el Informe Murphy.
Los testigos de Jehová y el abuso sexual
Algunos miembros de la confesión religiosa de los testigos de Jehová han sido relacionados con casos de abuso sexual infantil Al igual que otras confesiones religiosas que en tiempos recientes se han visto obligadas a desarrollar políticas de protección de menores para tratar casos de abuso infantil, los testigos de Jehová también tienen políticas de protección de menores que se han ido refinando para tratar este tipos de casos que envuelvan a miembros de sus congregaciones. Detalles de estas políticas han sido dados a conocer en publicaciones de los testigos de Jehová y los comunicados de prensa emitidos por su Oficina de Información Pública. Estos detalles se encuentran también en las cartas que la Sociedad Watchtower envía a los ancianos y que se han filtrado a Internet

Casos reconocidos en los medios de comunicación

17 de abril de 2009: Francis Gandhi, anciano de congregación en la ciudad de Kailahum (en Sierra Leona, África) es acusado de violación de una niña de 11 años.
19 de diciembre de 2006: Marcel Simonin (66), «anciano» testigo de Jehová, fue declarado culpable de agresión sexual y destituido como anciano, aunque no se sabe si fue expulsado.
12 de noviembre de 2006: Enrique Bahena Robles, también anciano, es detenido por el delito de violación de un niño. Los artículos no indican si continúa siendo testigo de Jehová o si ha sido expulsado.
19 de julio de 2006: Zuri McGhee, testigo de Jehová, es acusado de múltiples cargos de abuso sexual a un niño.
26 de junio de 2006: Jesús Cano es despedido de Betel y expulsado por tratar de atraer a niños.
17 de noviembre de 2005: Oscar Omar Osorto, testigo de Jehová y anciano de congregación, fue expulsado y condenado a 25 años por cargos de violación de menores.
Junio de 2012: Jonathan Kendrick (41) abusó sexualmente de Candace Conti (9) durante dos años desde 1995. Conti fue indemnizada con 28 millones de dólares. Se trata de la mayor indemnización pagada a una sola víctima de abusos sexuales religiosos en Estados Unidos. La demanda logró demostrar que Watchtower Bible and Tract Society instauró una política en 1989 bajo la cual los abusos sexuales se debían ocultar.
  • Estupro
El estupro es una violencia sexual considerada como un delito en la mayoría de las legislaciones. Generalmente es confundido con elabuso sexual infantil, sin embargo tiene una diferencia sustancial, en cuanto el estupro se puede cometer en contra de una persona enedad de consentimiento sexual y menor de 18 años, mientras que el abuso sexual infantil engloba a menores de dicha edad, siendo además el abuso sexual infantil un agravante de la violación.

Definición
El estupro se define como la cópula con una persona empleando la seducción o el engaño para alcanzar el consentimiento de la víctima. El requisito es la edad, que varía según las legislaciones y la doctrina, al igual que otros aspectos, y la ausencia de enajenación mental en la víctima y de fuerza o intimidación en el estuprador, diferencian el delito de estupro del de violación.

Evolución jurídica
Anteriormente el estupro podía cometerse en contra de cualquier persona sin que importara su edad; sin embargo, a través de los constantes debates jurídicos, se consideró al estupro como un acto que únicamente podía ser punible cuando se practicara en contra de personas en edad de mayoría sexual, teniendo en cuenta que si fuera el sujeto pasivo menor de dicha edad el delito sería el de violación, mas es requisito indispensable que la víctima sea menor de 18 años, puesto que si supera a esa edad, se supone que posee la capacidad para discriminar y evitar ser víctima de engaños o seducciones.
Regulación por países

Chile

Según lo consignado en los artículos 363 y 365 del Código Penal de Chile, este delito se castiga con penas desde el presidio menor en grado máximo, es decir, 3 años y un día hasta 5 años hasta el presidio máximo en grado mínimo, o sea, 5 años y un día hasta 10 años

Ecuador

En Ecuador es un delito castigado con la pena de prisión que va desde los tres meses a los tres años, únicamente en el caso de que la víctima sea menor de 18 años y mayor de 14 años.

Venezuela

En la República de Venezuela, el estupro (sin estar literalmente nombrado así) es considerado como delito de violación de acuerdo al Art Nº 374, del Código Penal Venezolano "...Si el delito de violación aquí previsto se ha cometido contra una niña, niño o adolescente, la pena será de quince años a veinte años de prisión..." en concordancia con la Ley Orgánica para la Protección del Niño y Adolescente (LOPNA) en su Art Nº 2 "Definición de Niño y de Adolescente. Se entiende por niño toda persona con menos de doce años de edad. Se entiende por adolescente toda persona con doce años o más y menos de dieciocho años de edad." Así mismo en el delito de CORRUPCIÓN DE MENORES tipificado en el Artículo Nº 378, del código antes nombrado, que textualmente dice: "El que tuviere acto carnal con persona mayor de doce y menor de dieciséis años, o ejecutare en ella actos lascivos, sin ser su ascendiente, tutor ni institutor y aunque no medie ninguna de las circunstancias previstas en el artículo 374, será castigado con prisión de seis a dieciocho meses y la pena será doble si el autor del delito es el primero que corrompe a la persona agraviada..."
  • Niños soldado
El uso militar de niños se refiere a que se usan niños en acciones militares sea como fuerza combatiente (niños soldados), como escudos humanos o con fines de propaganda.

Historia
A lo largo de la historia, y en muchas culturas, ha habido niños involucrados en campañas militares, incluso cuando estas prácticas estaban en contra de los usos culturales.
En la Europa medieval, se usaba a niños como zorras (escuderos), aunque su papel en los combates reales era limitado. La llamadaCruzada de los Niños en 1212 reclutó a miles de niños como soldados sin entrenamiento, bajo la asunción de que el poder divino les permitiría vencer al enemigo. Los niños no llegaron a entrar en combate real. Sin embargo, sus planes no fructificaron, pues las aguas no se abrieron a su paso, y la comitiva se desbandó. Algunos emprendieron el camino de vuelta a casa, otros fueron a Roma, y los restantes pudieron haber seguido el curso del Ródano hasta Marsella, donde fueron probablemente vendidos como esclavos. Pocos volvieron vivos a sus casas, y ninguno llegó a la Tierra Santa.
El uso militar de niños toma tres formas distintas: los niños pueden tomar la parte directa en las hostilidades (soldados del niño), o pueden ser utilizados en papeles de ayuda tales como porteros, espías, mensajeros, patrullaje y esclavos sexuales; o pueden ser utilizados para la ventaja política como escudos humanos o en propaganda. A través de la historia y en muchas culturas, los niños han estado implicados extensivamente en campañas militares incluso cuando tales prácticas estaban en contra de su propia moral cultural.
Durante los años 70 se han venido haciendo convenciones internacionales, para intentan limitar la participación de niños en conflictos armados.
Actualidad
Se ha acusado a diferentes fuerzas armadas de sacrificar a niños en acciones militares en tiempos modernos. Algunos soldados usan a niños como cobertura. Si el enemigo deja de disparar por ello, eso les da una ventaja. Si el enemigo abre fuego, esto se puede usar con fines propagandísticos.
La vida de las niñas y niños soldados es sumamente dura y peligrosa: son utilizados como mensajeros, cargadores y espías. Son obligados a colocar explosivos y aprenden a usar pistolas y armas automáticas. Durante su formación militar, para «endurecerlos», muchas veces son obligados bajo amenaza de muerte a asesinar a amigos y miembros de su propia familia. Las niñas y niños que sobreviven durante toda una vida tienen que luchar con las consecuencias de estas crueldades físicas y psíquicas. Las niñas muchas veces son forzadas a satisfacer las necesidades sexuales de los soldados en los campos militares. El reclutamiento de niños como soldados es una práctica que ha sobrevivido hasta la actualidad. Por ejemplo, en las últimas etapas de la Guerra Irán-Iraq, los dos bandos fueron acusados de reclutar a adolescentes para llenar sus filas militares, debilitadas tras años de conflicto. Se acusó a Irán de limpiar campos de minas haciendo que niños corrieran delante de los soldados. En África, el uso de niños soldado en guerras civiles y conflictos tribales es hábito común. Se acusa habitualmente también a distintos movimientos guerrilleros de reclutar o forzar a niños a campañas militares. El problema de los niños soldados es, junto a las minas, una carga para toda África, en forma de personas que no han conocido otra vida que la guerra, muchos de ellos drogodependientes, desprovistos de cariño y con una obsesión fría por la muerte, se convierten en fuente de conflictos; pero muy útiles para los dictadores de cada bando, quienes los utilizan masivamente por su lealtad y pocas reflexiones sobre lo correcto de sus conductas. Numerosas organizaciones como Amnistía Internacional han advertido del peligro que suponen estas prácticas para conseguir el fin de los conflictos y, al mismo tiempo, denuncian la crueldad que se comete con estos niños, privados de su infancia y del cariño de una familia (a la que a veces deben matar ellos mismos para culminar su integración, y que ellos cometen carentes de un código ético y unos mandos ecuánimes, propio de una sociedad en paz.

Según Amnistía InternacionalUna cantidad estimada de 300.000 menores de edad están participando actualmente en conflictos armados, en más de 30 países, en casi cada continente. Aunque la mayoría de los niños soldado son adolescentes, los hay desde siete años de edad.

Según la ONU son más de 250.000 y según Amnistía Internacional son más de 300.000 los niños combatientes, un 40% de ellos son niñas, usados en 86 países. En Darfur solamente son 6.000 los menores combatientes.
En Birmania se estima que hasta 70.000 menores de edad sirven en las fuerzas armadas del régimen y 5 a 7 mil en las diversas guerrilas étnicas de oposición. Otros 6 a 9 mil en las guerrillas maoístas en Nepal y 10.000 en el MILF (cerca del 13% de los combatientes del MILF), en Sri Lanka el grupo rebelde LTTEsecuestro en 2006 a 5.666 niños según fuentes gubernamentales. En Colombia hasta 11.000 o 14.000 menores operan en grupos armados, principalmente guerrillas aunque también paramilitares y grupos de narcotraficantes.
En Angola entre 2002 y 2006 cerca de 6.000 niños fueron desmovilizados y devueltos a sus familias de las que fueron separadas por la UNITA. En 2006 se desmovilizaron 3.000 niños ex-rebeldes en Burundi y enChad 7 a 10 mil ex-combatientes (tanto de rebeldes y gubernamentales) se desarmados producto de los acuerdos de paz de 2007. En 2008 aún habían 7.000 niños combatiendo en la República Democrática del Congo en el oriente de dicho país y 30.000 fueron desmovilizados entre 2005 y 2007.
En la República del Congo en cambio se han desmovilizado miles combatientes del conflicto de 1993-2002, hasta 30.000 para 2007, de ellos unos 9.000 eran niños. En el caso de Costa de Marfil han entrado en los programas de desmovilización fundados en 2004 cerca de 30.000 a 48.000 combatientes, 26.000 a 42.500 rebeldes de las FAFN (3.000 menores de edad) y 4.000 a 5.500 soldados de las FANCI, a los que se le suman 10.000 milicianos del gobierno, el total de niños ex-combatientes alcanzaría los 4.000, la mayoría eran miembros de las FAFN.
En Guinea se estima que 7.000 personas han formado milicias ciudadanas en 2000 y 2001 para evitar que rebeldes de las vecinas Liberia y Sierra Leona (ambas en guerra civil) entren en su territorio, su número se redujó a 4.000 en 2006 siendo todos mayores de edad para entonces. Sin embargo, segúnUNICEF unos 2.000 niños se entrenaban en las zonas fronterizas de dicho país con Liberia para combatir en este último.Para el caso de Liberia cerca de 4.000 combatientes formaban parte del ejército de Charles Taylor y de ellos la mitad eran menores de edad (2003). Tras más de una década de guerra el total de combatientes era de 100.000 y de estos una décima parte eran niños, incluyendo más de dos mil niñas. En Sierra Leona unos cinco o diez mil niños fueron convertidos en combatientes armados por los rebeldes del FRU, unas mil niñas fueron convertidas en esclavas sexuales.
En Namibia la guerrilla del CLA lanzo varios ataques en la zona fronteriza entre Botsuana y ese país, sus fuerzas incluyen a muchos menores de edad. En los años 1990 en Níger se desmovilizaron 4.000 combatientes y en 2007 otros 3.000 de los que muchos miles eran menores de edad. Para 2007 unos 50 a 70 mil personas eran miembros de las milicias de los diversos clanes y guerrillas que se enfrentaban en la interminable guerra y anarquía que existe en Somalia, un gran porcentaje de ellos incluye a adolescentes ya considerados en edad de combatir. El ERS desde 1987 ha secuestrado a más de 25 mil niños y los ha convertido o en soldados o en esclavos para diversos fines.
En Barbados unos 1.350 jóvenes secundarios operaban en 22 unidades de milicias nacionales (2006). Por esas fechas el PCC de Brasilcontaba con 6.000 a 20.000 combatientes armados lo que lo hace más poderoso que el CV, (que tiene 10.000 combatientes, la mitad niños)  en Sao Paulo se calcula que hay 140.000 presos, el 40% del total brasileño. En Ecuador las milicias paramilitares de lasFuerzas de Resistencia incluyen 1.600 personas, incluyendo a muchos jóvenes de 17 años (fines de 2006.
En El Salvador en 2004 se cree que unas diez mil personas son miembros de maras, la cifra alcanza los 300.000 si se habla del período2000-2006, de ellos un 6% son menores de 18 años, sometidos a reglas rígidas y violencia armada continua por el poder contra otros grupos. A esto hay que sumarle que más de 2.000 niños sirvieron en los años 1980 en el FMLN y que el 80% de los combatientes del ejército también eran menores de 18 años.
En 1996Guatemala, de los 3.000 miembros de la URNG unos más de 200 eran niños. Actualmente según datos de la policía de dicho país de los 165.000 miembros de las 340 bandas o pandillas armadas que hay en el país la mayoría no alcanza los 25 años y de hecho muchos son apenas adolescentes. En el caso hondureño existen 36.000 miembros de maras y solo entre 2004 y 2005 unos 800 niños y adolescentes han sido asesinados por pertenecer a pandillas rivales, en su mayoría a manos de personas de su misma edad. En México cerca de 14.000 paramilitares operan en el sur del país, se sabe que tienen a menores entre sus filas, sin embargo, no se ha informado de cuantos.
En 2005 el gobierno paraguayo inicio el llamado Plan Paraguay Seguro en las zonas de CaaguazúCanindeyú y San Pedro armando unos 13.500 paramilitares (incluyendo a menores) que han participado cada vez más en detenciones ilegales, amenazas de muerte, allanamientos, asesinatos e intentos de asesinato, tortura y malos tratos. También ofrecen protección a narcotraficantes y contrabandistas de cigarrillos.
En México durante la Revolución Mexicana se hizo llamado a niños y jóvenes al ejército federal, también por parte de los alzamiento revolucionarios.
En 2007 en Afganistán más de 5.000 niños-soldado se han desmovilizado y reintegrado a la vida civil. En Sri Lanka un grupo guerrillero separado del LTTE en 2004 es el TMVP que cuenta con 5 a 6 mil combatientes, en su mayoría menores de edad. En Georgia unos 15 a 30 mil jóvenes de entre 15 y 20 años son entrenados como fuerzas paramilitares. En 2005 unos 4.000 niños estudiaban en escuelas militares de Kazajistán. En Turquía hay cerca de 60.000 miembros de grupos paramilitares incluyendo miles de menores, el PKKincluye también a unos 3.000 niños-soldado de un total de 10 mil guerrilleros.
En las ciudades de Najaf y Karbala además de algunos suburbios de Bagdad operan 5 a 6 mil rebeldes chiitas al mando del Sheik Muqtada Sadr, cerca de un millar de ellos son menores de edad. En Sudán las fuerzas del gobierno incluían 19.000 niños en combate luchando en Darfur (2006), entre 2001 y 2006 cerca de 20.000 niños-soldado del SPLA se reintegraron a la vida civil, unos dos mil aún actúan en grupos armados que han continuado combatiendo a pesar del tratado de paz, por su parte el SLA usa más de un millar de niños en combate (2007). En Yemen hay 50 mil paramilitares en organizaciones creadas por el gobierno y otros 20 mil en milicias tribales, ambas se forman de un alto porcentaje de menores de edad.
Mozambique, en 1994 se tuvo un final feliz para los niños soldado que fueron secuestrados por la Renamo y apartados de sus familias para usarlos en la guerra apoyada también por Sudáfrica. La Renamo ha secuestrado hasta 100,000 niños, conocidos como las "máquinas asesinas", por su falta de miedo y por sus actitudes despiadadas. El rescate de estos niños ha puesto muy serios problemas de readaptación a la sociedad de estos niños.
Derechos y realidad
Los Estados Partes adoptarán todas las medidas posibles para asegurar la protección y el cuidado de las niñas y niños afectados por un conflicto armado", dice el Artículo 38 de la Convención de Derechos del Niño UN-Kinderrechtskonvention, que fue aprobada el 20 de noviembre de 1989 por la Asamblea General de las Naciones Unidas. Casi todos los Estados del mundo han ratificado esta Convención y se han obligado de esta manera a cumplir sus estamentos. Este tratado se completó el 25 de mayo de 2000 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, con el llamado Protocolo Facultativo. Este entró en vigencia el 12 de febrero de 2002 y prohíbe a gobiernos y grupos armados reclutar niñas, niños y jóvenes menores de 18 años y utilizarles en conflictos bélicos. No obstante, es posible que los ejércitos regulares de los diferentes Estados puedan enrolar jóvenes ya con 16 años como voluntarios. Hasta ahora más de cien Estados han ratificado el protocolo facultativo. No obstante, se siguen utilizando niñas y niños soldados en Colombia, Ruanda, Uganda, Afganistán, Filipinas y Sri Lanka. El grupo español Ska-p critica el uso militar de niños en su canción "Niño soldado".

El Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos de los Niños.

El artículo 38 de la Convención sobre los Derechos del Niño, exhorta a los gobiernos a que tomen las medidas posibles a fin de velar que ningún niño participe en hostilidades beligerantes. Por lo anterior, el Protocolo Facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño, cuya entrada en vigor fue el 12 de febrero de 2002, representa un bastión en la consecución del objetivo planteado por el artículo 38 en cita, ya que resalta jurídicamente la protección de los niños a no participar en los conflictos armados.
El Protocolo Facultativo fue aprobado por la Asamblea General de Naciones Unidas el 25 de mayo de 2000. Con sus 10 primeras ratificaciones el instrumento en comento, obtuvo su carácter de vinculante el 12 de febrero de 2002.
Los dirigentes mundiales renovaron y reforzaron su compromiso hacia la niñez durante la Sesión Especial de la Asamblea General de las Naciones Unidas en favor de la Infancia celebrada en mayo de 2002. En el documento final de la Sesión Especial, “Un mundo apropiado para los niños”, los Estados participantes se comprometieron a “poner fin al reclutamiento y la utilización de niños en los conflictos armados en contravención del derecho internacional y velar por su desmovilización y desarme efectivos, y poner en práctica medidas para lograr su rehabilitación, su recuperación física y psicológica y su reinserción en la sociedad”. Asimismo, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha tenido una participación muy activa y cercana en el tema del empleo de niños soldados.
Los aspectos relevantes del Protocolo Facultativo son:
Establece como edad mínima para que una persona participe directamente en un conflicto armado los 18 años. Anteriormente, tanto en el Protocolo Adicional I a las Convenciones de Ginebra y la Convención sobre los Derechos del Niño establecían esta edad mínima a los 15 años. La participación directa implica que el niño o menor de 18 años no sólo tenga una participación activa en combate, sino que también, como hemos señalado anteriormente, desempeñe actividades militares y funciones de apoyo.
Este instrumento internacional prohíbe el reclutamiento forzoso a cualquier persona menor de 18 años, e ínsita a los Estados Parte a aumentar la edad mínima para el reclutamiento voluntario por encima de los 15 años , poniendo en vigor disposiciones estrictas al respecto.
Establece la prohibición expresa de que los grupos armados recluten a menores de 18 años, sin importar si es voluntario o forzoso, asimismo tampoco importa si el grupo armado se encuentra activo o no. Esta prohibición deriva de que cada vez más los conflictos armados son guerras intestinas de los Estados . Cabe mencionar que en este supuesto el responsable ante la ley internacional es el Estado parte del protocolo, y en todo caso el grupo armado estaría sujeto a la ley nacional, por tanto la necesidad de adopción de los lineamientos internacionales en el ámbito interno son indispensables. Se ha encontrado que la intervención de la comunidad internacional en estos casos sirve para realizar convenios o negociaciones con los grupos armados para la desmovilización y liberación de niños combatientes.
En virtud de los inciso que anteceden, todo Estado que desee ratificar o aprobar el Protocolo Facultativo debe depositar una declaración vinculante en la que se establezca la edad mínima en que permitirá el reclutamiento voluntario en sus fuerzas armadas nacionales y se ofrezca una descripción de las salvaguardias que haya adoptado para asegurarse de que no se realiza ese reclutamiento por la fuerza o por coacción. En caso de que el Estado no someta una declaración vinculante no se aceptará en depósito el instrumento.
Otro aspecto relevante es que obliga a los Estados parte en la prevención de cualquier actividad en contra del propio protocolo, así como en la rehabilitación y reintegración social de las personas que sean víctimas de actos contrarios al instrumento en comento.
Todos los Estados Parte del Protocolo Facultativo tienen que informar de manera sistemática al Comité de los Derechos del Niño sobre las medidas que han tomado para adaptar las prácticas y la legislación a las exigencias del Protocolo Facultativo. Este comité realiza el análisis de los informes y en su caso realiza las recomendaciones pertinentes .
Ahora bien, como el Protocolo Facultativo se considera un documento independiente a la Convención sobre los Derechos del Niño, es necesaria la ratificación o adhesión a él, y a diferencia de otros Protocolos, este se encuentra abierto a la adhesión de cualquier Estado, sea parte o no de la Convención. La ratificación o adhesión del Protocolo le da el carácter de vinculante. Esto quiere decir que debe instrumentarse de manera interna, en este sentido tenemos que, ya sea que el Estado cuente con un “sistema monista”, en los cuales el tratado se incorporará automáticamente a la legislación nacional después de su ratificación. O sea un Estado con un sistema “dualista”, en los cuales deben incorporar el tratado a las leyes nacionales por medio de una legislación explícita que permita la aplicación del tratado en el plano local, el Protocolo debe ponerse en práctica.
Otros Instrumentos Internacionales que apoyan el contenido del Protocolo son:
Protocolo I Adicional a la Convención de Ginebra de 1977.
Protocolo II Adicional a la Convención de Ginebra de 1977.

De acuerdo con estos Protocolos Adicionales si el menor es prisionero de guerra o internado civil, en un conflicto armado, internacional o sin carácter internacional, se prohíbe la ejecución de la pena de muerte impuesta a personas que en el momento de la infracción tuvieran menos de 18 años.
Los Principios de la Ciudad del Cabo de 1997 cuyo objetivo es evitar la utilización de niños y niñas soldados así como fomentar el desarme, la desmovilización y la reintegración.
La Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar de la Infancia, que se puso vigor en noviembre de 1999.
La Convención número 182 de la Organización Internacional del Trabajo sobre la Prohibición y Acción Inmediata para la Eliminación de las Peores Formas de Trabajo Infantil fue aprobada en junio de 1999 y entró en vigor en noviembre de 2000. Prohíbe el reclutamiento forzoso y obligatorio de menores y lo define como una de las peores formas de trabajo infantil.
El Estatuto de Roma, donde se establece la Corte Penal Internacional, pues en este se define los actos siguientes como crímenes de guerra, entre los cuales se encuentra: “reclutar o alistar a niños menores de 15 años en las fuerzas armadas nacionales o utilizarlos para participar activamente en las hostilidades” de un conflicto armado internacional, y “reclutar o alistar niños menores de 15 años en las fuerzas armadas o utilizarlos para participar activamente en hostilidades” de un conflicto armado no internacional.
El elemento esencial en todos los instrumentos citados, es asegurar que los niños y las niñas reciban la mayor protección posible bajo los derechos humanos internacionales y la ley humanitaria.

Perspectiva de los derechos humanos dentro de las fuerzas armadas mexicanas

La visión que se tiene de los derechos humanos es parcial, ya que su arma más eficaz para la observancia de los derechos humanos es su capacitación y profesionalización. El alto mando del ejército y fuerza aérea mexicanos, está convencido que la educación sobre derechos humanos es una estrategia eficaz para la prevención de actos violatorios de los habitantes del país, ya que su respeto asegura su reconocimiento. El tema de los derechos humanos en el ejército y fuerza aérea mexicanos, se ha materializado a través de los planes y programas de estudios de los diferentes planteles militares o cursos de capacitación, para desarrollar una cultura sobre dichos derechos donde se expresen los conceptos y líneas de comportamientos que deben ser seguidos en cada uno de los grados jerárquicos durante el proceso de la ruta profesional militar. En base a los perfiles profesionales de egreso, se estructura para su estudio la asignatura de derechos humanos respondiendo a los diversos niveles educativos, a los grados jerárquicos y a las funciones que desarrollan los cursantes una vez egresados. Además, se han incluido temas que en forma teórica y práctica, proporcionan una compresión cabal de los derechos humanos, para que los egresados normen su conducta en estricto respeto al sistema jurídico mexicano. En la actualidad, México está regido por un fuerte apego a los derechos humanos y la reglamentación empleada dentro de las fuerzas armadas está estructurada conforme a derecho. La fundamentación de los derechos humanos, nace de la necesidad de fortalecer la cultura de respeto y observancia de los mismos, entre el personal militar para que conozcan los sistemas jurídicos de protección y promoción de los derechos humanos nacionales e internacionales
En el lado contrario, las consecuencias nocivas en los niños adolescentes no solo nacen de su empleo directo sino también por las consecuencias que se han dado en llamar "daño colateral". En el caso México, se tiene por ejemplo, la evolución de los cárteles en escuadrones de la muerte que luchan por el control del territorio con armamento militar y retan el monopolio del estado mexicano sobre el uso de la fuerza en algunas regiones. La brutalidad de sus crímenes quebranta la confianza de los civiles en la capacidad del gobierno de protegerles, y la corrupción del dinero de la droga daña la confianza hacia las instituciones públicas. Los cárteles desafían la naturaleza fundamental del estado, no con la amenaza de capturarlo, pero dañándolo y debilitándolo. Ante esto la ofensiva militar ha erosionado aún más la confianza en el gobierno, debido a los serios abusos contra los derechos humanos. Se tiene el registro, por ejemplo, de que cuando elementos del ejército "toman" una población para combatir el narcotráfico, se da un incremento en la desaparición de adolescentes y el trauma que causa en las familias afectadas no ha sido cuantificado en totalidad con veracidad. En respuesta, algunas comunidades, cansadas y decepcionadas, han formado grupos armados de “autodefensa” en contra de los cárteles. Cualesquiera sea su intención, éstas también degradan el Estado de Derecho.
  • Acoso escolar
 El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, matonaje escolar,matoneo escolar o en inglés bullying) es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado tanto en el aula, como a través de las redes sociales, con el nombre específico de ciberacoso. Estadísticamente, el tipo de violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia, siendo ligeramente mayor el porcentaje de niñas en el perfil de víctimas.
El acoso escolar es una forma característica y extrema de violencia escolarEl acoso escolar es una especie de tortura, metódica y sistemática, en la que el agresor sume a la víctima, a menudo con el silencio, la indiferencia o la complicidad de otros compañeros.
Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta fortaleza real o percibida subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador, generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas (aunque estas no formen parte del diagnóstico); es común que el acosado viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas sin límite de edad.
Suelen ser más proclives al acoso escolar aquellos niños que poseen diversidad funcional, entre las cuales se pueden contar elsíndrome de Down, el autismosíndrome de Asperger, etc.
Historia
El psicólogo Dan Olweus es el primer estudioso del tema, y como tal comienza a preocuparse de la violencia escolar en su país, Noruega, en 1973 y se vuelca a partir de 1982 en el estudio del tema a raíz del suicidio de tres jóvenes en ese año. En Europa se estaba trabajando ya en los países nórdicos, también en Inglaterra en donde desde hace mucho existen tribunales los bully coufls o tribunales escolares creados en el Reino Unido. Allí existe desde 1989 una línea directa a la que acuden aquellos que quieran consejos sobre situaciones de acoso escolar.
En España no hay estudios oficiales hasta un estudio del defensor del menor de 1999. Existen programas de prevención en muchos países de Europa, en Estados Unidos y en España han sido pioneros en Sevilla, con un programa educativo de prevención al que aludiremos en esta información que han llevado a cabo desde 1997.
Tipos de acoso escolar
Los profesores Iñaki Piñuel y Zabala y Araceli Oñate han descrito hasta 8 modalidades de acoso escolar, con la siguiente incidencia entre las víctimas:
Bloqueo social (29,3%)
Hostigamiento (20,9%)
Manipulación (19,9%)
Coacciones (17,4%)
Exclusión social (16,0%)
Intimidación (14,2%)
Agresiones (12,8%)
Amenazas (9,3%)

Bloqueo social

Agrupa las acciones de acoso escolar que buscan bloquear socialmente a la víctima. Todas ellas buscan el aislamiento social y sumarginación impuesta por estas conductas de bloqueo.
Son ejemplos las prohibiciones de jugar en un grupo, de hablar o comunicar con otros, o de que nadie hable o se relacione con él, pues son indicadores que apuntan un intento por parte de otros de quebrar la red social de apoyos del niño.
Se incluye dentro de este grupo de acciones el meterse con la víctima para hacerle llorar. Esta conducta busca presentar al niño socialmente, entre el grupo de iguales, como alguien flojo, indigno, débil, indefenso, estúpido, llorica, etc. El hacer llorar al niño desencadena socialmente en su entorno un fenómeno de estigmatización secundaria conocido como mecanismo de chivo expiatorio. De todas las modalidades de acoso escolar es la más difícil de combatir en la medida que es una actuación muy frecuentemente invisible y que no deja huella. El propio niño no identifica más que el hecho de que nadie le habla o de que nadie quiere estar con él o de que los demás le excluyen sistemáticamente de los juegos.

Hostigamiento

Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que consisten en acciones de hostigamiento y acoso psicológico que manifiestan desprecio, falta de respeto y desconsideración por la dignidad del niño. El desprecio, el odio, la ridiculización, la burla, el menosprecio, los motes, la crueldad, la manifestación gestual del desprecio, la imitación burlesca son los indicadores de esta escala.

Manipulación social

Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden distorsionar la imagen social del niño y “envenenar” a otros contra él. Con ellas se trata de presentar una imagen negativa, distorsionada y cargada negativamente de la víctima. Se cargan las tintas contra todo cuanto hace o dice la víctima, o contra todo lo que no ha dicho ni ha hecho. No importa lo que haga, todo es utilizado y sirve para inducir el rechazo de otros. A causa de esta manipulación de la imagen social de la víctima acosada, muchos otros niños se suman al grupo de acoso de manera involuntaria, percibiendo que el acosado merece el acoso que recibe, incurriendo en un mecanismo denominado “error básico de atribución”.

Coacción

Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que pretenden que la víctima realice acciones contra su voluntad. Mediante estas conductas quienes acosan al niño pretenden ejercer un dominio y un sometimiento total de su voluntad.
El que la víctima haga esas cosas contra su voluntad proporciona a los que fuerzan o tuercen esa voluntad diferentes beneficios, pero sobre todo poder social. Los que acosan son percibidos como poderosos, sobre todo, por los demás que presencian el doblegamiento de la víctima. Con frecuencia las coacciones implican que el niño sea víctima de vejaciones, abusos o conductas sexuales no deseadas que debe silenciar por miedo a las represalias sobre sí o sobre sus hermanos.

Exclusión social

Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan excluir de la participación al niño acosado. El “tú no”, es el centro de estas conductas con las que el grupo que acosa segrega socialmente al niño. Al ningunearlo, tratarlo como si no existiera, aislarlo, impedir su expresión, impedir su participación en juegos, se produce el vacío social en su entorno.

Intimidación

Agrupa aquellas conductas de acoso escolar que persiguen amilanar, amedrentar, apocar o consumir emocionalmente al niño mediante una acción intimidatoria. Con ellas quienes acosan buscan inducir el miedo en el niño. Sus indicadores son acciones de intimidación, amenaza, hostigamiento físico intimidatorio, acoso a la salida del centro escolar.

Amenaza a la integridad

Agrupa las conductas de acoso escolar que buscan amilanar mediante las amenazas contra la integridad física del niño o de su familia, o mediante la extorsión.
Causas

El agresor: características psicológicas y entorno familiar

Aunque el acosador escolar no tiene por qué padecer ninguna enfermedad mental o trastorno de la personalidad grave, presenta normalmente algún tipo de psicopatología. Fundamentalmente, presenta ausencia de empatía y algún tipo de distorsión cognitiva.
La carencia de empatía explica su incapacidad para ponerse en el lugar del acosado y ser insensible al sufrimiento de este.

El entorno escolar

Se puede dar el caso de que la ausencia en clase (o, en general, en el centro educativo) de un clima adecuado de convivencia pueda favorecer la aparición del acoso escolar. La responsabilidad al respecto oscila entre la figura de unos profesores que no han recibido una formación específica en cuestiones de intermediación en situaciones escolares conflictiva, y la disminución de su perfil de autoridad dentro de la sociedad actual.
Evolución de los casos de acoso escolar
El objetivo de la práctica del acoso escolar es intimidar, apocar, reducir, someter, aplanar, amedrentar y consumir, emocional e intelectualmente, a la víctima, con vistas a obtener algún resultado favorable para quienes acosan o satisfacer una necesidad imperiosa de dominar, someter, agredir, y destruir a los demás que pueden presentar los acosadores como un patrón predominante de relación social con los demás.
En ocasiones, el niño que desarrolla conductas de hostigamiento hacia otros busca, mediante el método de «ensayo-error», obtener el reconocimiento y la atención de los demás, de los que carece, llegando a aprender un modelo de relación basado en la exclusión y el menosprecio de otros.
Con mucha frecuencia el niño o niña que acosa a otro compañero suele estar rodeado muy rápidamente de una banda o grupo de acosadores que se suman de manera unánime y gregaria al comportamiento de hostigamiento contra la víctima. Ello es debido a la falta de una autoridad exterior (por ejemplo, un profesor, un familiar, etc.) que imponga límites a este tipo de conductas, proyectando el acosador principal una imagen de líder sobre el resto de sus iguales seguidores.
A menudo la violencia encuentra una forma de canalizarse socialmente, materializándose en un mecanismo conocido de regulación de grupos en crisis: el mecanismo del chivo expiatorio. Destruir al que no es seguidor, al que se resiste, al diferente, al que sobresale académicamente, al imbuido de férreos principios morales, etc.
Consecuencias
El acoso escolar al igual que otras formas de maltrato psicológico produce secuelas biológicas (expresión de genes) y mentales. Especialistas del Centro de Estudios sobre el Estrés Humano (CSHS) del Hospital Louis-H. Lafontaine de Canadá sugieren que las víctimas acosadas son más vulnerables a padecer problemas mentales como trastorno por estrés postraumático, depresión y trastornos del ánimo a medida que envejecen.

  • Acoso escolar homofóbico

El acoso escolar homofóbico o gay bashing se refiere a cualquier clase de daños hacia las personas, tanto, psicológico, físico y moral por tener o aparentar tener una orientación sexual diferente. Obstáculos y aislaciones definen la violencia escolar,- Ángela Gabàs Gasa afirma en “El fenómeno de la exclusión social” “los obstáculos que encuentran determinadas personas para participar plenamente en la vida social, viéndose privadas de alguna o varias de las opciones consideradas como fundamentales para su desarrollo humano”.
Prevención
Se estima que la intervención simultánea sobre factores individuales, familiares y socioculturales, es la única vía posible de prevención del acoso escolar. La prevención se puede realizar en distintos niveles.
Una prevención primaria sería responsabilidad de los padres (apuesta por una educación democrática y no autoritaria), de la sociedad en conjunto y de los medios de comunicación (en forma de autorregulación respecto de determinados contenidos).
Una prevención secundaria sería las medidas concretas sobre la población de riesgo, esto es, los adolescentes (fundamentalmente, promover un cambio de mentalidad respecto a la necesidad de denuncia de los casos de acoso escolar aunque no sean víctimas de ellos), y sobre la población directamente vinculada a esta, el profesorado (en forma de formación en habilidades adecuadas para la prevención y resolución de conflictos escolares).
Por último, una prevención terciaria serían las medidas de ayuda a los protagonistas de los casos de acoso escolar.

Consejos para evitarlo

La ayuda se puede agrupar en información para: padres, profesores y alumnos.

Padres con hijas/os víctimas de acoso escolar

Observe al niño o la niña, escuche y dialogue, siempre mantenga la calma, En caso de ser víctima, dígale que no es culpable, refuerce su autoestima y comunique la situación al colegio, también dele la oportunidad de ampliar su círculo de amigas o amigos, mantenga una buena comunicación basada en la confianza, bloquear al remitente. Realizar actividades específicas de sensibilización en el tema de la violencia y la convivencia.
Recomendaciones a dar a su hija/o:
No responder a las agresiones
Guardar los mensajes en caso de ciberacoso

Profesores con alumnos tanto víctimas como acosadores

Para la prevención de acoso escolar es necesaria la implicación y participación de toda la comunidad y el diálogo con los niñas/os, las familias, el profesorado y otros agentes sociales presentes en el barrio donde se inserta el colegio o escuela.
Conocer los mecanismos de protección de la infancia, y educar en derechos a los niñas/os previene la violencia entre iguales, propiciando la identificación y superación tanto de estereotipos como de prejuicios. Fomentar la empatía y cohesión entre compañeros y las relaciones basadas en la solidaridad y el respeto mutuo. No se debe ocultar lo que sucede, ante estas situaciones sea asertivo. Expresar emociones para liberarse del sufrimiento y encontrar así a personas que les ayuden,buscar y solicitar ayuda. Verificar que los patios deberán tengan la vigilancia adecuada y juegos cooperativos. Defienda los derechos sin vulnerar los de los demás, no minimizar la gravedad de las agresiones, observe de manera sistemática al niño o niña en todos los espacios, informando al equipo directivo del centro, mediante una hoja de observación, donde se recojan los hechos y los implicados con la mayor precisión posible, intentando actuar lo más inmediatamente posible, haciendo intervenciones individuales con las personas involucradas, las víctimas, los agresores y los observadores, no haga de mediador, debido a que siendo una situación en la que existe un desequilibrio de poder, criticar a uno a otro, puede acrecentar la intimidación y provocar resentimiento. Intervenga con todo el grupo para que las actitudes y conductas negativas sean rechazadas por todos.Respete el derecho del niño o la niña a elegir la persona a quien desee contarle el problema, es importante que haya una persona de referencia y que no se le pida que cuente varias veces lo que le sucede para evitar la revictimización.

Alumnos, tanto la víctima, acosador y observador

Si observas un caso de acoso escolar: Puede que sientas miedo o rechazo ante esa situación, si ves que tú solo no puedes ponerle freno o detenerlo, pide ayuda a un adulto. Esto no es chivarse, es ser solidario con quien lo necesita. Se tiene que apoyar compañero o compañera que está siendo acosado, ya que nadie merece que le traten mal.
Si agredes, pegas o incomodas a un compañero: Pregúntate: “¿Qué es lo que me pasa?, ¿por qué me hace gracia o me siento más fuerte cuando molesto a otras personas?”, y piensa cómo se debe sentir la persona a la que le estás haciendo daño .Tienes que hablar de este comportamiento con un adulto, alguien que te escuche y te ayude. Tienes que controlar tus emociones para que éstas no te controlen a ti. La violencia no es una buena manera de responder ante las situaciones que te disgustan o te provocan enfado. Cuando esto suceda, aléjate físicamente de la persona con la que te sientas violento, respira profundamente varias veces e imagina que la rabia se vuelve un papel y lo tiras a la papelera.
Si un compañero o compañera te hace daño con frecuencia: Es posible que te sientas triste, temeroso, avergonzado y culpable, porque sufres una situación injusta. No guardes el secreto y no te lo calles. Contarlo no es chivarse, es exigir el respeto que todos merecemos, cuéntale a tus padres o algún adulto de confianza pero también es importante que lo cuentes en el colegio. Mientras se soluciona procura no estar solo y evita situaciones o lugares que puedan ser arriesgados y no respondas de la misma manera, es decir agrediendo, en el momento en el que te hagan daño crea un escudo imaginario a tu alrededor que te proteja. todo lo que te están diciendo rebota en el escudo como una pelota. Respira y piensa que eres fuerte, recordando que todos tenemos derecho a ser protegidos contra cualquier forma de violencia y a ser tratados con respeto.
  • Acoso escolar homofóbico
El acoso escolar homofóbico o gay bashing se refiere a cualquier clase de daños hacia las personas, tanto, psicológico, físico y moral por tener o aparentar tener una orientación sexual diferente. Obstáculos y aislaciones definen la violencia escolar,- Ángela Gabàs Gasa afirma en “El fenómeno de la exclusión social” “los obstáculos que encuentran determinadas personas para participar plenamente en la vida social, viéndose privadas de alguna o varias de las opciones consideradas como fundamentales para su desarrollo humano”.
Existen formas de violencia que se convierten tan comunes como los; golpes, heridas, acosos sexuales, vandalismo, problemas de droga. Pero una de las más reconocidas en las instituciones es, el acoso escolar homofóbico, identificada por el aislamiento de la víctima, absentismo escolar. Cuando se da el acoso por la orientación sexual, muchas veces esa persona prefiere retirarse y no estudiar. Eso provoca muchos problemas, porque puede hacer que el niño deje los estudios, por el miedo al acoso que se siente sometido, basado en el texto de Carlos Sojo” cohesión social y exclusión”, de todas las modalidades de acoso escolar, el bloqueo es la más complicada de atacar, en la medida que es una actividad invisible y que no deja huella. Las exclusiones a la que el joven se ve expuesto lo lleva a pensar y a verse como un ser diferente, excluido, no valioso y que no hace parte de la sociedad, son los niños las víctimas principales que no tendrá la facilidad de identificar el hecho de que nadie le habla o de que nadie quiere estar con ella o de que los demás le excluyen sistemáticamente de las actividades..
La aislación y el rechazo que trae la violencia y acoso escolar es un problema que tanto como padres de familia, directivos, estudiantes y profesores deben asumir roles para empezar a prevenir esta violencia que se da principalmente en las aulas de clases; lo que lleva que sean los profesores quienes deben ser agentes para prevenir y atender cualquier clase de problema y/o violencia entre estudiantes dentro de las aulas de clase.
El acoso escolar o, por su término en inglésbullying es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado. En el caso del acoso escolar homofóbico, éste está determinada por los casos de reiterada violencia hacia personas que parecen homosexuales (mas no necesariamente lo sean). Este acoso lo ejerce quien se considera "fuerte" hacia una persona "débil", yendo desde hostigamiento psicológico (insultos como "maricón", "machorra") hasta el físico (principalmente en baños).
Este hostigamiento se ve alimentado por los prejuicios culturales que muchos adultos transmiten a sus hijos, de esta manera, cuando los chicos ven a una persona "afeminada" (en caso de que sea hombre) o "masculina" (en caso de que sea fémina), al atacarlos ven saciado su interés al atacar a quienes "se lo merecen".

Porcentajes

España
Actualmente, se desconoce la incidencia exacta del acoso escolar. En España se poseen algunos datos aproximados, aunque se necesita saber cuánto de ése acoso está ligado a la homo-lesbo-bi-transfobia y al sexismo. El 3 de septiembre de 2006, se presentó en el Parlamento Europeo un Informe sobre exclusión social de adolescentes lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, en el que se muestran datos alarmantes. Más de 700 chicos pertenecientes al colectivo LGBT de 37 países europeos tomaron parte en el estudio, mostrando que dichos jóvenes afrontan muchos prejuicios y discriminación en su vida diaria:
El 61,2% se enfrenta a discriminación en la escuela.
El 51,2% ha sufrido discriminación en la vida familiar, y
El 29,8% en sus círculos de amistades.
Chile

El MOVILH (Movimiento de Integración y Liberación Homosexual) en el año 2008 realizó un estudio –a petición del Colegio de Profesores y patrocinada por la Internacional de Educación– en el que reveló que:
El 90% de los docentes y el 71% de los estudiantes ha conocido al menos a un(a) persona homosexual o transexual.
Asimismo, el 40% de los estudiantes chilenos y el 55% de los profesores han presenciado algún acto de discriminación en las aulas a causa de su orientación sexual o identidad de género.
Los datos obtenidos, en otras áreas, revelaron también varios datos interesantes. Mientras que la gran mayoría de la comunidad escolar considera que la homosexualidad no es una enfermedad; contradictoriamente, el 57% de los alumnos y el 24% de los profesores creen que con una buena terapia se puede "curar" o transformar un gay en heterosexual. Esta cifra aumenta al 72% y 38%, respectivamente, cuando se les consulta si esa posibilidad de "cura" aumenta cuando el tratamiento es a temprana edad.
Por otro lato, el 71% de los escolares y el 85% de los docentes cree que tener un mejor amigo homosexual no influirá en la orientación sexual de otro; sin embargo, entre un 30% y un 50% cree que si un heterosexual tiene una relación homosexual puede convertirse en homosexual. "Lo que demuestra que hay una clara desinformación sobre la diferencia que hay entre una orientación sexual y una conducta sexual", afirmó el MOVILH.3 Por culpa de estos acosos escolares, los adolescentes al final no se atreven a contar su orientación sexual por miedo al rechazo; y esto puede acarrear terribles consecuencias, pero sin embargo la mayoría no sabe que si se revelan y se aceptan a sí mismos y se atreven a levantar el puño en alto y revelarlo todo; la mayoría de la gente estará a su lado. porque la homosexualidad no es una enfermedad; la homofobia, sí.

Soluciones propuestas

La solución propuesta para erradicar el acoso escolar (en todos sus sentidos) es la información. La escuela necesita abordar tanto los distintos roles de mujeres y hombres en la sociedad, como la educación sexual en general y la diversidad sexual en concreto. Actualmente, en ningún currículum se ha encontrado referencias a temas que hablen de la sexualidad (es decir, del lesbianismo, homosexualidad, bisexualidad y transexualidad). Al no hacer esto, se está transmitiendo los antiguos tabúes. Al no educar sobre ladiversidad sexual se transmiten valores y trasladan conocimientos, teñidos de sexismo y homofobia. Sonia Sorano dice:
Es imposible sentir respeto si no se tiene información necesaria, pero tampoco se puede hacer frente a la homofobia si no se desarrollan las habilidades necesarias.

Muchas más posibilidades de suicidio

Los jóvenes y adolescentes pertenecientes al colectivo LGBT tienen muchas más posibilidades de intentar o llegar a cometer un suicidio. Investigadores han hallado que los jóvenes lesbianasgaisbisexualestransgéneros y aquellos que no están seguros de su sexualidad, son más propensos al suicidio con respecto a la población en general. La depresión y el uso de drogas entre la población LGBT se han visto aumentar significativamente tras la aprobación de leyes que discriminan a homosexuales.Aunque es imposible saber el porcentaje exacto de suicidios de jóvenes LGBT, debido a que la sexualidad y el género de estas minorías muy a menudo está oculto (especialmente en estas edades); el fenómeno está siendo estudiado para explicar las causas concretas de éste.
En el año 2004, 1.985 adolescentes estadounidenses menores de 20 años se suicidaron, lo que significó un incremento del 18% respecto al año anterior.
  • Bullyng Docente
Una de las modalidades de bullying que más se han puesto en práctica últimamente (o al menos que más notoriedad han cobrado, porque existe como tal desde que hay educación institucional) es la que se denomina como acoso escolar de profesores a alumnos, a veces pasada por alto o disfrazada como ejercicio de poder o de autoridad. Pero esto se ha ido convirtiendo en un auténtico problema para varios alumnos que ven día tras día como son sometidos por sus propios docentes, sin motivos aparentes. 

El acoso escolar por parte de profesores hacia los alumnos es doblemente agravado. Si bien el bullying que se practica entre compañeros supone una relación de poder dialéctica entre dominador y dominado, el problema se establece entre pares, entre dos de una misma condición. No es el mismo caso cuando sucede de esta manera, ya que la equiparación de fuerzas es imposible. El poder es todo de uno. Y el docente es quien decide en última instancia. 

Pero, ¿cuáles son las maneras concretas de acosar un profesor al alumno? Las hay muchas y muy variadas. Y lo que es peor, el blanco a elegir suele ser bastante amplio. Por empezar, lo más común es la agresión mediante palabra, la humillación en público frente a los compañeros, la burla, el desprecio y, por encima de todas las cosas, el trato desigual ante los demás. El comportamiento diferencial con unos y otros alumnos hace de esto algo mucho más grave de lo que parece en un sitio donde tendría que reinar la equidad. 

Haciendo una mala interpretación del sistema educativo, algunos docentes abusan de su situación de poder, por una razón o por otra, de los alumnos “tomados como blanco”, que sufren desaprobaciones de exámenes sin causa visible, trato distante, mentiras, castigos, hasta llegar a casos graves de acoso como lo pueden ser el de tipo sexual (mucho más común de un profesor de sexo masculino al alumnado del género opuesto), alcanzando ribetes gravísimos como las amenazas de diferente índole. Pero en todo esto tiene mucho que ver la conformación de identidad del docente acosador.
Perfil del Agresor 
El profesor que ejerce el acoso escolar suele ser una persona que transporta sus problemas cotidianos y sus frustraciones hacia su alumnado, que en realidad tendría que recibir de ellos instrucción y formación. Generalmente están convencidos de que deben aplicar rigurosamente su autoridad. Incluso el reconocido autor en materia de bullying Tim Field ha llegado a trazar un perfil bastante elocuente de estas personas, que tienen “rasgos narcisistas, paranoides, se autoconvencen de que tienen razón en su hostigamiento y de que su comportamiento es justo (…). Tienen sentimientos de inferioridad y fracaso; son incapaces de afrontar su incapacidad y para desviar la atención sobre sus limitaciones arremeten contra otros; son irresponsables e incompetentes”. Drástico pero no errado en sus palabras ha sido el investigador. 
Los docentes que practican bullying sobre alumnos suelen actuar motivados por el miedo. El miedo a perder el control de una clase, el miedo a ser agredidos por los jóvenes e incluso el miedo a ser dejados en ridículo por aquellos que se muestren talentosos e inteligentes. Lo más normal es que sean personas sin demasiada experiencia, formación ni preparación previa para tomar tamaña responsabilidad, la de educar a las futuras generaciones. 
Lo que es peor en este tipo de casos es que la víctima puede ser, literalmente, cualquiera. No necesariamente tiene que ser un alumno retraído y con problemas de sociabilidad como sucede en el bullying entre pares, sino que perfectamente puede ser alguien totalmente trabajador y estudioso, como aquel que se la pasa generando revuelo o el que se mantiene indiferente. El problema está cuando el docente acosador pone el ojo sobre él, motivado por ese miedo a ser desbordado en cualquier sentido por el que se sabe un eslabón debajo en la cadena del poder educativo. 
Existe un problema más sobre este asunto: el acoso de profesor a alumno suele quedar impune y contar con mayor complicidad aún que el bullying entre pares. Es que, generalmente, los espectadores no suelen intervenir por temor. Sobre este asunto, las investigadoras argentinas María Zysman y Flavia Sinigagliesi vierten un interesante comentario: “los compañeros temen defender a la víctima por la posibilidad de pasar a ocupar su lugar. Muchos se divierten ante la humillación de un compañero, también pueden sentir que el agresor hace aquello que ellos mismos no se animan. Se produce un contagio social que inhibe la ayuda e incluso fomenta la participación en los actos intimidatorios”. 
Un problema que puede llegar a acarrear graves consecuencias

El acoso de los profesores hacia los alumnos puede llegar a conllevar graves problemas para quien lo sufre, mucho más si se trata de un niño o un adolescente, pudiendo derivar en casos de absentismo escolar, trastornos de aprendizaje, rechazo a la educación formal y hasta incluso en episodios de violencia. Nada distinto al bullying entre pares en cuanto a consecuencias, pero con el agravante de ser practicado por alguien que se supone alcanzó su madurez como persona y que cuenta con una responsabilidad más que importante. 

Si bien, contemplando las estadísticas, las agresiones más comunes suelen ser de tipo verbal, seguidas por las físicas y por las de índole social (discriminación, rechazo, etc.), siendo bajos los índices de acoso sexual y amenazas con armas los menos frecuentes, las cifras han aumentado y se están convirtiendo en una señal de alarma. ¿Será momento de una profunda autocrítica por parte del sistema educativo y la hora de corregir las actitudes corporativas?

  • Pobreza infantil

Los niños y la pobreza 

Actualmente muere un niño cada 3 segundos a causa de la pobreza, lo que significa que mueren unos 30.000 niños diariamente. Los niños son las primeras víctimas de la pobreza, siendo ésta la principal causa de la violación de sus derechos.

Definición de pobreza infantil

En general, la pobreza se define como “un estado de existencia en el cual una persona no tiene cubiertas las necesidades básicas para vivir”. Una persona pobre “carece de lo que necesita”, y un menor pobre es “un niño o niña a quien le falta lo necesario para sobrevivir”.Desde una perspectiva económica, se puede definir la pobreza de dos maneras:Pobreza absoluta: Los ingresos son insuficientes para mantener las necesidades físicas de un individuo.Pobreza relativa: Los ingresos de un individuo son inferiores a los de otros miembros de la comunidad. Es importante resaltar que la definición económica de pobreza está invariablemente ligada a la riqueza monetaria.Sin embargo, no se le puede definir simplemente en términos materiales, también se debe tomar en cuenta la “habilidad de una persona para utilizar los recursos que tiene”.
Más allá de la dimensión económica, la pobreza afecta a otros derechos fundamentales. La dignidad y la autoestima de una persona también se ven afectadas y la pobreza impide el ejercicio de las libertades individuales; es una amenaza para la seguridad de la propia existencia (ausencia de ingresos y de acceso a una vivienda, a la atención sanitaria y a la justicia) y socava el desarrollo personal general (intelectual, cultural, familiar y social).(2)En cuanto a la niñez, la definición de pobreza no debe limitarse a una consideración de recursos financieros insuficientes. De hecho, los niños que sufren la pobreza también se ven privados de sus derechos fundamentales y de sus perspectivas de futuro.La pobreza le impide a un niño sobrevivir y le dificulta todos los aspectos de su desarrollo, ya sea físico, mental, emocional, cultural, social, familiar o espiritual.El impacto de la pobreza es tan grande que se podría considerar, sin duda alguna, como la principal causa de la violación de los derechos infantiles.

Causas de la pobreza infantil

Los niños pobres suelen haber nacido ya en un entorno de pobreza. “La pobreza engendra pobreza y crea un círculo vicioso” . Un niño vive en la pobreza porque su familia y/o su país la sufren.Históricamente, todas las naciones han tenido que hacerle frente en algún momento al problema de la miseria y la pobreza. Hoy en día, la pobreza extrema afecta a más de mil millones de seres humanos alrededor del mundo. La pobreza va en descenso, pero los esfuerzos por combatirla son todavía insuficientes. Sin embargo, no es un sueño poco realista. Existen soluciones, lo que falta es voluntad política real de una parte del mundo.

Consecuencia de la pobreza infantil

Las consecuencias de la pobreza infantil son devastadoras. Actualmente, la pobreza mata a un niño cada tres segundos. La pobreza priva a los niños del derecho fundamental a la vida. Además, les priva de la oportunidad de tener una educación y les impide tener acceso aatención sanitaria, agua potable, alimentación, refugio, seguridad yprotección, información, etc. De este modo, la pobreza es una verdadera amenaza para la infancia y viola los Derechos del Niño sistemáticamente tal y como se definen en laConvención sobre los Derechos del Niño.

Cómo poner fin a la pobreza infantil

Se llegaría muy lejos en la lucha por vencer la pobreza si se respetasen los compromisos adquiridos por los Estados para implementar los derechos fundamentales, tal y como se estableció en la Convención sobre los Derechos del Niño “Ninguna sociedad puede vencer realmente a la pobreza sin hacer todo lo posible, de forma rotunda y a largo plazo, para asegurarse de que todos sus miembros tienen el derecho y la posibilidad de recibir atención sanitaria básica, comida nutritiva y una educación decente”.
Para respetar los derechos de la infancia, es imprescindible que la pobreza extrema sea erradicada a nivel mundial.
En España
El último informe de Cáritas Europa pone de manifiesto que "las políticas de austeridad han fallado a la hora de solucionar problemas". La tasa de riesgo de pobreza en menores alcanza casi el 30%, nueve puntos por encima de la media europea
España es el segundo país de la Unión Europea (UE) con el mayor índice de pobreza infantil, superado sólo por Rumanía, según revela el informe de Cáritas Europa, presentado hoy en Atenas, sobre el impacto social de las medidas de austeridad aplicadas en los países más golpeados por la crisis.
"Las medidas de austeridad han fallado a la hora de solucionar los problemas y generar crecimiento", afirmó el secretario general de Cáritas Europa, el español Jorge Nuño, durante la presentación del informe.
En España, el riesgo de pobreza entre los niños menores de 18 años se situó en 2012 en el 29,9 %, casi nueve puntos por encima de la media de la UE, que estuvo en el 21,4 %, según datos de 2013 de Eurostat. De 2011 a 2012, la tasa de pobreza en este sector de población aumentó del 15,6 % al 19,4 %.
Por personas en riesgo de pobreza o exclusión social se entienden las que dispone de sólo un 60 % del ingreso medio del resto de la población; las que tienen entre el 40 % y el 50 % son catalogadas como "pobres" y las que cuentan con menos del 40% se encuentran en situación de "pobreza extrema".
Estas cifras sitúan a España, junto con Rumanía, a la cabeza de los países con mayor índice de pobreza infantil, seguidos por Bulgaria y Grecia, en tercer y cuarto lugar respectivamente. "La gente más vulnerable es la que está pagando las consecuencias de la crisis", destacó Nuño.

Educación y pobreza, relacionados

El informe alerta de que España tiene la mayor tasa de abandono escolar prematuro de la UE, un 24,9% frente a un 12,7% de media europea en 2012. Aunque entre 2009 y 2012 se produjo un descenso del abandono escolar prematuro, éste sigue siendo un problema importante, especialmente en algunas regiones como Andalucía, donde la tasa es superior al 30%.
El dato es alarmante si se tiene en cuenta que la educación se postula como el sistema capaz de combatir la transmisión intergeneracional de la pobreza, dice el informe.
Cáritas define a la población española como una de las más afectadas por la crisis económica, pues mientras la tasa de pobreza media entre países comunitarios fue del 25,1% en 2012, España registró un 28,2%, lo que se traduce en alrededor de 13 millones de personas en esta situación.
Otro de los sectores de población especialmente afectados por la crisis es el de laspersonas mayores, pues la pobreza entre ellas ha sufrido un aumento significativo, del 7% en 2008 al 10,6 % en 2012. A esto hay que añadir, como recoge el informe, que en muchos hogares son las pensiones de los abuelos los únicos ingresos de la familia.

Obligados a emigrar 

El estudio revela, además, que el 12% de la población española que trabaja no gana suficiente para escapar de la pobreza en un país que, junto con Grecia, ha experimentado el mayor incremento del desempleo desde el inicio de la crisis. Como consecuencia, muchos ciudadanos se han visto obligados a buscar trabajo en el extranjero, por lo que en 2011 la emigración se cifró en el 1,1 % de la población española.
El responsable de Cáritas Europa recordó que en España hay más de 6 millones de personas sin trabajo y se refirió a los jóvenes que no podrán recibir una pensión adecuada por no haber trabajado el tiempo suficiente como la "generación pérdida", cuya actual situación tendrá un "impacto enorme" en su futuro.
Cáritas menciona también una investigación de la revista médica British Medical Journal sobre los recortes en el sistema sanitario español, que a pesar de tener uno de los gastos sanitarios más bajos de la UE, ha visto disminuida su inversión, con el efecto que esto puede ocasionar en la salud de los ciudadanos.
En relación con su trabajo de asistencia social, la sección española de Cáritas hace una observación sobre los últimos años de crisis en relación con el perfil de personas que solicitan su ayuda. Si al principio eran más las personas inmigrantes las que acudían a sus centros, desde 2010 es mayor el número de ciudadanos españoles que se acerca hasta ellos. Se trata de mujeres, parejas jóvenes con hijos y familias monoparentales que se encuentran en riesgo de exclusión social al quedarse sin casa ni ingresos.
Asimismo, Cáritas critica la disminución de las prestaciones sociales por parte del Estado, lo que ha llevado a las organizaciones no gubernamentales a redoblar sus esfuerzos para intentar paliarla.
La organización denuncia que España es una de las sociedades más desiguales de Europa, a lo que contribuye el aumento de los impuestos indirectos, que no discriminan en función de la renta, y que ha provocado, al igual que en otros países como Grecia, un mayor empobrecimiento de los hogares con menos ingresos. Esta situación ha comportado un aumento de los trastornos depresivos, de los problemas con el alcohol y los suicidios en España y Grecia, que se han disparado desde el comienzo de la crisis.

El rescate a las autopistas serviría para salvar a los hogares sin ingresos


EUROPA PRESS

Rescatar a los 700.000 hogares sin ningún tipo de ingresos que hay en España (500.000 si se restan los que tienen rentas mínimas), tiene un coste de 2.600 millones de euros, la mitad de lo que costará salvar a las autopistasAsí lo ha puesto de manifiesto el coordinador del Equipo de Estudios de Cáritas Española y técnico de la Fundación Foessa, encargada de redactar el estudio Análisis y perspectivas 2014, Francisco Lorenzo.
"Llevamos tiempo tratando de que se habilite un sistema de garantías mínimas. Hay 500.000 hogares sin ingresos, acabar con esa situación son 2.600 millones de euros... es un precio claramente inferior a lo que se está hablando que costaría el rescate de las autopistas y hablaríamos de acabar con la pobreza severa, claramente es asumible", ha asegurado.tp://www.publico.es/actualidad/510615/los-ninos-espanoles-los-mas-pobres-de-europa-solo-por-detras-de-rumania
http://www.taringa.net/posts/ciencia-educacion/5927028/Abuso-escolar-de-profesor-a-alumno.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Acoso_escolar_homof%C3%B3bico
http://es.wikipedia.org/wiki/Acoso_escolar
http://es.wikipedia.org/wiki/Uso_militar_de_ni%C3%B1os
http://es.wikipedia.org/wiki/Estupro
http://es.wikipedia.org/wiki/Los_testigos_de_Jehov%C3%A1_y_el_abuso_sexual
http://es.wikipedia.org/wiki/Casos_de_abuso_sexual_infantil_cometidos_por_miembros_de_la_Iglesia_cat%C3%B3lica
http://es.wikipedia.org/wiki/Pornograf%C3%ADa_infantil
http://es.wikipedia.org/wiki/Prostituci%C3%B3n_infantil
http://es.wikipedia.org/wiki/Pedofilia
http://es.wikipedia.org/wiki/Abuso_sexual_infantil
http://es.wikipedia.org/wiki/Maltrato_infantil
http://es.wikipedia.org/wiki/Derechos_del_ni%C3%B1o
http://es.wikipedia.org/wiki/Convenci%C3%B3n_sobre_los_Derechos_del_Ni%C3%B1ohttp://es.wikipedia.org/wiki/Declaraci%C3%B3n_de_los_Derechos_del_Ni%C3%B1o

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