jueves, 6 de noviembre de 2014

Las princesas Ocas



Erase una vez un rey que tenia dos hijas  impertinentes. No sabia realmente qué hacer; no conseguia nada, ni siquiera con solemnes pescozones. Por ello se quedaba sentado en su trono moviendo la cabeza  y repitiendo:
_¡Ay! niñas, ¿en que acabara esto?. Un día apareció en la orilla del lago  de la corte una oca con su oquitas. En cuanto las princesas las vieron  las vieron empezaron a tirarles piedras.
_¡Os arrepentireis muy pronto!_  
grito la oca, pero las princesas se rieron a sus espaldas. A la mañana siguiente  descubrieron con horror que estaban cubiertas de plumas  y en lugar de boca tenían un hermoso pico  amarillo.
_¡Cielos nos hemos convertido en Ocas!_ dijeron alborotadas.
Llantos y  lamentos invadieron la corte. Allí donde fuese, el Rey preguntaba:
_¿Como estas Sus Altezas, las Princesas?
Y sus sirvientes le contestaban con apuro:
_ Se podía decir, Majestad, que están en sus mejores plumas,...¡Oh, que Su Majestad nos perdone, en sus mejores paños, queríamos decir!.
Un día, una sirviente distraida quiso rellenar una almohada. Arrancó las dos primeras ocas que encontró  y empezó a desplumar las  vivas. Las ocas chillaron de dolor hasta el punto de quedarse lividas pero sin ningún resultado: la muchacha las desplumo hasta la ultima pluma. Y apenas hubo arrancado  la ultima pequeñísima pluma, he aqui que aparecieron las princesillas impertinentes, peladas como bolas de billar.

_Que Sus Altezas Ocas....ehm, las Princesas que me perdonen_ balbuceó la muchacha_. Yo no sabían que eran ocas...ehm princesas Pero las princesas se  limitaron a llorar  a lágrima viva  y a esconderse debajo de la cama . Podrían estar allí todavía ...¿o crees que ya les habra crecido el pelo? 
Fuente
365 cuentos para soñar  (Vratislav Stovicek/ Karel Franta) 






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